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ÉGLOGA PISCATORIA EN LA MUERTE DEL DUQUE DE MEDINA SIDONIA | |
Alcidón-Lícidas | |
Alcidón | |
Perdona al remo, Lícidas, perdona | |
al mar, en cuanto besa | |
maravillas no bárbaras, en esa | |
aguja que de nubes se corona. | |
5 | El tridente de Tetis, de Belona |
incluye el asta. ¡Oh cuánto | |
sella esplendor, desmiente gloria humana, | |
esa al margen del agua construida, | |
si no índice mudo desta vida, | |
10 | pompa aun de piedras vana, |
urna hecho dudosa jaspe tanto | |
de poca tierra, no de poco llanto! | |
Lícidas | |
Erré, Alcidón. La cudiciosa mano | |
siguió las ondas, no en la que ejercitan | |
15 | piedad o religión. Sobre los remos, |
los marinos reflujos aguardemos | |
que su lecho repitan. | |
Alcidón | |
Lamer en tanto mira al Oceano, | |
Lícida, el mármol que Neptuno viste | |
20 | de tantas, si no más, náuticas señas |
que militares ya despojos Marte; | |
y las que informó el arte | |
de afecto humano peñas, | |
vulto exprimiendo triste. | |
Lícidas | |
25 | ¿Quién, dime, son aquellas, de quien dudo |
cuál más dolor o majestad ostente, | |
plumas una la frente, | |
palmas otra, y el cuerpo ambas desnudo? | |
Alcidón | |
Mal la pizarra pudo | |
30 | lisonjealles el color. Aquella |
ara del Sol edades ciento, ahora | |
templo de quien el Sol aun no es estrella, | |
la grande América es, oro sus venas, | |
sus huesos plata, que dichosamente, | |
35 | si ligurina dio marinería |
a España en uno y otro alado pino, | |
interés ligurino | |
su rubia sangre hoy día, | |
su medula chupando está luciente. | |
40 | Esotra naval siempre infestadora |
de nuestras playas, África es, temida, | |
si no por los que engendran sus arenas, | |
por los que visten púrpura leones | |
en tantos hoy católicos pendones | |
45 |
cuantas le ha introducido España almenas, |
de quien tímido Atlante a más lucida, | |
a región más segura se levanta, | |
debida a tanta fuga ascensión tanta. |
Perdona al remo, Lícidas, perdona
Última actualitzación
12.08.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona