Era la noche, en vez del manto obscuro

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(1616)
 
 
AL FAVOR QUE SAN ILDEFONSO RECIBIÓ DE NUESTRA SEÑORA.
 
Para el certamen poético de las fiestas que el Cardenal Don Bernardo de Sandoval y Rojas hizo en la traslación de Nuestra Señora del Sagrario a la capilla que le fabricó
 
             Era la noche, en vez del manto obscuro
tejido en sombras y en horrores tinto,
crepúsculos mintiendo al aire puro
de un albor ni confuso ni distinto.
5 Turbada así de tésalo conjuro,
su esplendor corvo la deidad de Cinto
a densa nube fía, que dispensa
luz como nube, y rayos como densa.
 
Fulgores arrogándose, presiente
10 nocturno Sol, en carro no dorado,
en trono sí de pluma, que luciente
canoro nicho es, dosel alado,
concentüoso coro diligente
a tanto ministerio destinado:
15 en hombros, pues, querúbicos, María
viste al aire la púrpura del día.
 
Al cerro baja, cuyos levantados
muros (alta de España maravilla)
de antigüedad salían coronados
20 por los campos del aire a recibilla.
En tantos la aclamó plectros dorados
cuantas se oyeron ondas en su orilla,
glorioso el Tajo en ministrar cristales
a impíreas torres ya, no imperïales.
 
25 Busca al pastor, que del metal precioso
sacro es cayado su torcido leño,
docto conculcador del venenoso
helvidïano áspid no pequeño.
Hallólo, mas hurtándose al reposo
30 que los mortales han prescrito al sueño.
El templo entraba, cuando al santo godo
alta le escondió luz el templo todo.
 
El luminoso horror tan mal perdona,
cuan bien impide su familia breve,
35  pues con la menos tímida persona
un término de mármol fuera leve;
águila pues al Sol que lo corona,
intrépido Ilefonso rayos bebe,
fïeles a una pluma, que ha pasado
40 con lo que ha escrito de lo que ha volado.
 
Póstrase humilde en el que tanta esfera
majestüoso rosicler le tiende,
y absorto en la de luz región primera,
se libra tremolante, inmóvil pende;
45 de lo que ilustre luego reverbera,
se remonta a lo fúlgido que enciende,
ejecutorïando en la revista
todos los privilegios de la vista.
 
Desde el sitial la Reina esclarecido
50 ornamento le viste de un brocado,
cuyos altos no le era concedido
al serafín pisar más levantado.
Invidïoso aun antes que vencido,
carbunclo ya en los cielos engastado,
55 en bordadura pretendió tan bella
poco rubí ser más que mucha estrella.
 
De las gracias recíprocas la suma
que el don satisficieron soberano,
que celebraron la divina pluma,
60  otra la califique en otra mano.
Huyendo con su Océano la espuma
el margen restituye menos cano,
que iluminado el templo restituye
extenüada luz que a su luz huye.
 
65 ¡Oh Virgen siempre, oh siempre glorïosa,
aun de humildes dignada afectos puros!
Fábrica te construye suntüosa
de jaspes varios y de bronces duros
pastor, mas de virtud tan poderosa,
70 que al tiempo (de obeliscos ya, de muros
devorador sacrílego) se atreve
con la que te erigió piedra más breve.
 
Augusta es gloria de los Sandovales,
Argos de nuestra fe tan vigilante,
75 que ciento ilustran ojos celestiales
aun la que arrastra púrpura flamante.
De los que estolas ciñen inmortales
crezca glorioso el escuadrón ovante
quien devoto consagra hoy a tu bulto
80 tan digno trono cuan debido culto.