Al tronco Filis de un laurel sagrado

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             A UNA DAMA QUE ESTANDO DORMIDA LA PICÓ UNA ABEJA EN LA BOCA
 
Al tronco Filis de un laurel sagrado
reclinada, el convexo de su cuello
lamía en ondas rubias el cabello,
lascivamente al aire encomendado.
 
5 Las hojas del clavel, que había juntado
el silencio en un labio y otro bello,
vïolar intentaba, y pudo hacello,
sátiro mal de hiedras coronado;
 
mas la invidia interpuesta de una abeja,
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dulce libando púrpura, al instante
previno la dormida zagaleja.
 
El semidiós, burlado, petulante,
en atenciones tímidas la deja
de cuanto bella tanto vigilante.