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A UN CABALLERO DE CÓRDOBA QUE ESTABA EN GRANADA |
Hojas de inciertos chopos el nevado |
cabello, oirá el Genil tu dulce avena, |
sin invidiar al Dauro en poca arena |
mucho oro de sus piedras mal limado, |
5 y del leño vocal solicitado, |
perdonará no el mármol a su vena |
ocioso, mas la siempre orilla amena |
canoro ceñirá muro animado. |
Camina, pues, oh tú, Anfión segundo, |
10 si culto no, revocador süave |
aun de los moradores del profundo, |
que el Betis hoy, que en menos gruta cabe, |
urna suya los términos del mundo |
lagrimoso hará en tu ausencia grave. |
Hojas de inciertos chopos el nevado
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona