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| A UNA SANGRÍA DEL TOBILLO DE UNA DAMA |
| Herido el blanco pie del hierro breve, |
| saludable si agudo, amiga mía, |
| mi rostro tiñes de melancolía, |
| mientras de rosicler tiñes la nieve. |
| 5 Temo, que quien bien ama temer debe, |
| el triste fin de la que perdió el día |
| en roja sangre y en ponzoña fría |
| bañado el pie que descuidado mueve. |
| Temo aquel fin, porque el remedio para, |
| 10 si no me presta el sonoroso Orfeo |
| con su instrumento dulce su voz clara. |
| Mas ¡ay! que, cuando no mi lira, creo |
| que mil veces mi voz te revocara |
| y otras mil te perdiera mi deseo. |
Herido el blanco pie del hierro breve
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona