101 | |
(1594) | |
A UNA ENFERMEDAD QUE TUVO EN SALAMANCA, DE QUE ESTUVO TRES DÍAS TENIDO POR MUERTO | |
Muerto me lloró el Tormes en su orilla, | |
en un parasismal sueño profundo, | |
en cuanto don Apolo el rubicundo | |
tres veces sus caballos desensilla. | |
5 | Fue mi resurrección la maravilla |
que de Lázaro fue la vuelta al mundo; | |
de suerte que ya soy otro segundo | |
Lazarillo de Tormes en Castilla. | |
Entré a servir a un ciego, que me envía, | |
10 | sin alma vivo, y en un dulce fuego, |
que ceniza hará la vida mía. | |
¡Oh qué dichoso que sería yo luego, | |
si a Lazarillo lo imitase un día | |
en la venganza que tomó del ciego! |
Muerto me lloró el Tormes en su orilla
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona