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(1593) |
A DON CRISTÓBAL DE MORA |
Árbol de cuyos ramos fortunados |
las nobles moras son quinas reales, |
teñidas en la sangre de leales |
capitanes, no amantes desdichados: |
5 en los campos del Tajo más dorados |
y que más privilegian sus cristales, |
a par de las sublimes palmas sales, |
y más que los laureles levantados. |
Gusano, de tus hojas me alimentes, |
10 pajarillo, sosténganme tus ramas, |
y ampáreme tu sombra, peregrino; |
hilaré tu memoria entre las gentes, |
cantaré, enmudeciendo ajenas famas, |
y votaré a tu templo mi camino. |
Árbol de cuyos ramos fortunados
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona