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| (1586) |
| A LA CIUDAD DE GRANADA, ESTANDO EN ELLA |
| Ilustre ciudad famosa, |
| infiel un tiempo, madre |
| de Cegríes y Gomeles, |
| de Muzas y Redüanes, |
| 5 a quien dos famosos ríos, |
| con sus húmidos caudales, |
| el uno baña los muros |
| y el otro purga las calles; |
| ciudad, a pesar del tiempo, |
| 10 tan populosa y tan grande, |
| que de tus rüinas solas |
| se honraran otras ciudades: |
| de mi patria me trujiste, |
| y no a dar memorïales |
| 15 de mi pleito a tus oidores, |
| de mi culpa a tus alcaldes, |
| sino a ver de tus murallas |
| los soberbios homenajes, |
| tan altos, que casi quieren |
| 20 hurtalle el oficio a Atlante; |
| y a ver de la fuerte Alhambra |
| los edificios reales, |
| en dos cuartos, divididos, |
| de Leones y Comares, |
| 25 do están las salas manchadas |
| de la mal vertida sangre |
| de los no menos valientes |
| que gallardos Bencerrajes, |
| y las cuadras espaciosas |
| 30 do las damas y galanes |
| ocupaban a sus reyes |
| con sus zambras y sus bailes; |
| y a ver sus hermosas fuentes |
| y sus profundos estanques, |
| 35 que, los veranos, son leche |
| y, los inviernos, cristales; |
| y su Cuarto de las Frutas, |
| fresco, vistoso y notable, |
| injuria de los pinceles |
| 40 de Apeles y de Timantes, |
| donde tan bien las fingidas |
| imitan las naturales, |
| que no hay hombre a quien no burlen |
| ni pájaro a quien no engañen; |
| 45 y a ver sus secretos baños, |
| do las aguas se reparten |
| a las, sostenidas, pilas |
| de alabastro, en pedestales, |
| do con sus damas la reina, |
| 50 bañándose algunas tardes, |
| competían en blancura |
| las espumas con sus carnes; |
| y de tu Chancillería |
| a ver los seis tribunales, |
| 55 donde cada dosel cubre |
| tres o cuatro majestades; |
| y a ver su real portada, |
| labrada de piedras tales, |
| que fuera menos costosa |
| 60 de rubíes y diamantes, |
| para cuyo noble intento, |
| por que más presto se acabe, |
| se echan a culpas de cera |
| condenaciones de jaspe; |
| 65 y a ver tu sagrado templo, |
| donde es vencida en mil partes, |
| de la labor, la materia, |
| Naturaleza, del arte, |
| de cuya fábrica ilustre |
| 70 lo que es piedra injuria hace |
| al fino oro que perfila |
| sus molduras y follajes |
| (de claraboyas ceñido |
| por do los rayos solares |
| 75 entran a adorar a quien |
| les da la lumbre que valen; |
| cuyo cuerpo aun no formado |
| nos promete en sus señales |
| más fama que los que Roma |
| 80 edificó a sus deidades, |
| y que aquel, cuyas cenizas |
| en nuestras memorias arden, |
| de aquella, a quien por su mal |
| vio el que mataron sus canes), |
| 85 y al de Salomón, aunque eran |
| sus piedras rubios metales, |
| marfil y cedro, sus puertas, |
| plata fina, sus umbrales; |
| y a ver su hermosa torre, |
| 90 cuyas campanas süaves, |
| del aire, con su armonía, |
| ocupan las raridades, |
| tan perfecta, aun no acabada, |
| que no solo los que saben |
| 95 más del arte dicen que es |
| obra de arquitecto grande, |
| mas del pórfido lo bello, |
| lo hermoso del filabre, |
| aunque con lenguas de piedra, |
| 100 loan al maestro sage; |
| y a ver tu real capilla, |
| en cuyo túmulo yace |
| con su cristiana Belona |
| aquel católico Marte, |
| 105 a cuyos gloriosos cuerpos, |
| aunque muertos, inmortales, |
| por reliquias de valor |
| España les debe altares; |
| y a ver tu fértil escuela |
| 110 de Bártulos y de Abades, |
| de Galenos y Avicenas, |
| de Scotos y de Tomases; |
| y a ver tu Colegio insigne |
| (tanto, que puede igualarse |
| 115 a los que el agua del Tormes |
| beben, y la de Henares), |
| cuyas becas rojas vemos |
| poblar universidades, |
| plazas de audiencias, y sillas |
| 120 de iglesias mil catedrales; |
| y a ver el templo y la casa |
| de los jerónimos frailes, |
| donde está el mármol que sella |
| al gran Gonzalo Fernández, |
| 125 digo, los heroicos huesos |
| de aquel sol de capitanes |
| a quien mi patria le dio |
| el apellido y los padres, |
| cuyas armas siempre fueron, |
| 130 aunque abolladas, triunfantes |
| de los franceses estoques |
| y de los turcos alfanjes, |
| de que dan gloriosas señas |
| las banderas y estandartes, |
| 135 los yelmos y los escudos, |
| tablachines y turbantes |
| de los jenízaros fieros |
| y de los bárbaros traces, |
| de los segundos Reinaldos |
| 140 y de los nuevos Roldanes, |
| que a solo honrar su sepulcro |
| de trofeos militares, |
| unos rompieron el mar, |
| y otros bajaron los Alpes; |
| 145 y a ver tu Albaicín, castigo |
| de rebeldes voluntades, |
| cuerpo vivo en otro tiempo, |
| ya lastimoso cadáver; |
| y a ver tu apacible vega, |
| 150 donde combatieron antes |
| nuestros cristianos maestres |
| con tus paganos alcaides; |
| y a ver tu Generalife, |
| aquel retrato admirable |
| 155 del terreno deleitoso |
| de nuestros primeros padres, |
| do el ingenio de los hombres, |
| de murtas y de arrayanes |
| ha hecho a Naturaleza |
| 160 dos mil vistosos ultrajes, |
| donde se ven tan al vivo |
| de brótano tantas naves, |
| que dirán, si no se mueven, |
| que es por faltarles el aire; |
| 165 y a ver los cármenes frescos |
| que al Darro cenefa hacen |
| de aguas, plantas y edificios, |
| formando un lienzo de Flandes |
| (do el céfiro al blanco chopo |
| 170 mueve con soplo agradable |
| las hojas de argentería, |
| y las de esmeralda al sauce), |
| donde hay de árboles tal greña, |
| que parecen, los frutales, |
| 175 o que se prestan las frutas |
| o que se dan dulces paces; |
| y del verde Dinadámar |
| a ver los manantïales, |
| a quien las plantas cobijan |
| 180 por que los troncos les bañen, |
| entre cuyos verdes ramos |
| juntas, las diversas aves |
| a cuatro y a cinco voces |
| cantan motetes süaves; |
| 185 y al Jaragüí, donde espiran |
| dulce olor los frescos valles, |
| las primaveras, de gloria, |
| los otoños, de azahares, |
| cuyo suelo viste Flora |
| 190 de tapetes de Levante |
| sobre quien vierte el abril |
| esmeraldas y balajes; |
| y a ver de tus bellas damas |
| los bellos rostros, iguales |
| 195 a los que en sus hierarquías |
| las doradas plumas baten, |
| por quien, nevado Genil, |
| es muy justo que te alabes |
| que excedes al sacro Ibero |
| 200 y al rubio Tajo deshaces, |
| pues en tus nobles orillas |
| milagros de beldad nacen, |
| invidia de otras riberas, |
| eclipsi de otras beldades, |
| 205 tan gallardas sobre bellas, |
| que no han visto, las edades, |
| ni mantos de mayor brío |
| ni mirar de más donaire; |
| tan discretas de razones |
| 210 y tan dulces de lenguaje, |
| que dirás que entre sus perlas |
| distila Amor sus panales. |
| Estas son, ciudad famosa, |
| las que del Duero al Hidaspe |
| 215 te dan el honor y el lustre |
| que al oro dan los esmaltes. |
| En tu seno ya me tienes, |
| con un deseo insaciable |
| de que alimenten mis ojos, |
| 220 tus muchas curiosidades, |
| dignas de que por gozallas |
| no solo se desamparen |
| las comarcanas del Betis, |
| mas las riberas del Ganges, |
| 225 y que se pasen por verlas |
| no solo dudosos mares, |
| mas las nieves de la Escitia, |
| de Libia los arenales; |
| pues eres, Granada ilustre, |
| 230 granada de personajes, |
| granada de serafines, |
| granada de antigüedades, |
| y al fin, la mayor de cuantas |
| hoy con el tiempo combaten, |
| 235 y que mira, en cuanto alumbra, |
| el rubio amador de Dafnes. |
Ilustre ciudad famosa
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona