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Tejió de piernas de araña |
su barba un colegïal, |
pensando con ella el tal |
gobernar a toda España. |
5 Cuando el impulso lo engaña, |
de las partes que no tiene, |
pisándose a Madrid viene |
la barba desde Sigüenza: |
tenga vergüenza. |
10 Alguno conozco yo |
que médico se regula |
por la sortija y la mula, |
por el ejercicio no: |
toda su vida salió |
15 a vender de balde peste; |
nadie lo llamó, ¡y que a este |
su ocio no le convenza! |
Tenga vergüenza. |
El marido de la bella |
20 que nos vende por fïel, |
vistiéndose aquello, él, |
que gana desnuda ella, |
paciente sus labios sella, |
buscándole ella por eso |
25 entre dos plumas de hueso |
una de oro en rica trenza: |
tenga vergüenza. |
La mayor legalidad, |
si el preso tiene dinero, |
30 salvadera hace el tintero, |
salvando su libertad, |
que mentira es la verdad |
del que es litigante pobre; |
gato, aun con tripas de cobre, |
35 no habrá gato que no venza: |
tenga vergüenza. |
En tener dos no repara |
doña Fulana Interés, |
que solo de esgrima es |
40 esto de guardar la cara, |
de sí ya tan poco avara, |
que el cuatrín no menos pilla |
a Oliveros de Castilla |
que a un hilero de Olivenza: |
45 tenga vergüenza. |
¡Cuánto hoy hijo de Eva, |
afectando lo galán, |
se desmiente en un Jordán |
que ondas de tinta lleva, |
50 forma sacando tan nueva |
que la extrañan por lo sucio! |
Rocín que, parando rucio, |
morcillo a correr comienza |
tenga vergüenza. |
Tejió de piernas de araña
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona