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(1621) |
NENIAS EN LA MUERTE DEL SEÑOR REY DON FILIPE III |
Suspenda, y no sin lágrimas, tu paso, |
oh peregrino errante, |
este augusto depósito, este vaso, |
émula su materia del diamante, |
5 su forma de la más sublime llama |
que a egipcio construyó bárbara fama. |
No admires, no, la variedad preciosa |
de piedras, de metales; |
no la arte que, sudando estudïosa, |
10 señas dará a los siglos de sí tales, |
que caduque, que muera el tiempo, y ellas |
besando permanezcan las estrellas. |
Húrtale al esplendor (bien que profano, |
altamente debido) |
15 la atención toda; no al objeto vano |
ciego le fíes el mejor sentido: |
abran las puertas exterioridades |
al discurso, el discurso a las verdades. |
Rey yace excelso; sus cenizas sella |
20 esta aguja eminente. |
Quién fue, muda lo está diciendo aquella |
piedra animada de sincel valiente, |
religión sacra, que, doliente el vulto, |
el un pecho da al celo, el otro al culto. |
25 Su fin, ya que no acerbo, no maduro, |
dulcemente llorando, |
acusa la clemencia en mármol duro, |
de sus vertidas bien lágrimas blando, |
al tronco de Minerva suspendida |
30 la invicta espada que ciñó en su vida. |
La liberalidad (si el jaspe llora) |
ver, caminante, puedes, |
tan copiosa de lágrimas ahora |
cuanto fue cuatro lustros de mercedes: |
35 desatada la América sus venas, |
suplió munificencia tanta apenas. |
Aquel mórbido bronce mira, y luego, |
oh huésped, solemniza, |
no del buril mentida la que el fuego |
40 en el palor bebió de la ceniza, |
sino aquella que fue por excelencia |
o pureza fecunda, o continencia. |
Estas virtudes altamente santo |
ejercitó el Tercero |
45 de los Filipos. Tú, confuso en llanto, |
las venera, y prosigue, oh forastero, |
tus pasos antes que se acabe el día, |
porque es breve aun del Sol la monarquía. |
Suspenda, y no sin lágrimas, tu paso
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona