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DEL LOS MARQUESES DE AYAMONTE, CUANDO SE ENTENDIÓ PASARAN A NUEVA ESPAÑA | |
Verde el cabello undoso, | |
y de la barba al pie escamas vestido, | |
aliento sonoroso | |
daba Tritón a un caracol torcido, | |
y en las alas del viento | |
voló el son por el húmido elemento. | |
Cuantos las aguas moran | |
antiguos dioses y deidades nuevas, | |
por las ondas que doran | |
10 | los rayos de la luz, dejan sus cuevas |
y ocupan los vacíos | |
que a la playa perdonan los navíos. | |
«¿Veis -dice el dios marino- | |
estas que de la barra a las arenas | |
15 | despliegan blanco lino, |
solicitan timón, calan entenas? | |
Nubes son, y no naves, | |
carros de un Sol en dos ojos süaves. | |
»En estos ojos bellos, | |
20 | Febo su luz, Amor su monarquía |
abrevian, y así en ellos | |
parte a llevar al Occidente el día, | |
con naval pompa extraña, | |
la gloria de los Zúñigas de España. | |
25 | »Si a un sol los caracoles |
dejan su casa, dejan su vestido, | |
a estos divinos soles | |
el fondo es bien dejar más escondido, | |
y coronar su popa | |
30 | cuernos del toro que traslada a Europa. |
»Serenísimas plumas | |
vista del alcïón el austro insano; | |
perlas sean las espumas | |
y las olas cristal del Oceano; | |
35 | no ya cristal de roca, |
que en solo el nombre cada bajel toca. | |
»Regale sus orejas | |
en dulce, sí, mas bárbaro instrumento | |
de corales y almejas | |
de las ninfas el coro, y su concento | |
no lisonjee aquel sueño | |
que la falsa armonía al griego leño.» |
Verde el cabello undoso
Última actualitzación
03.07.2013
© Universitat Pompeu Fabra, Barcelona