Por Joan Matas (Centre d'Ensenyament Superior Alberta Giménez, Universitat de les Illes Balears )
Citación recomendada: Matas, Joan (2010). "Joan Pons i Marquès y el proyecto de estatuto balear de la II República ". Obra Periodistica, 1. http://upf.edu/obraperiodistica/es/anuari-2/pons.html
Resumen:
Nieto de Josep Lluís Pons i Gallarza y padrino de Félix Pons Irazazábal, presidente del Congreso de los Diputados entre 1986 y 1996. Licenciado en Filosofía y Letras, historiador, biógrafo, crítico literario, poeta, archivero de profesión, fue uno de los principales intelectuales mallorquines del siglo XX en las Islas Baleares. Como escritor formó parte de la segunda promoción de la Escuela Mallorquina.
Palabras clave: Joan Pons i Marquès, La Nostra Terra, Mallorca, Estatuto balear
El autor
Nieto de Josep Lluís Pons i Gallarza y padrino de Félix Pons Irazazábal, presidente del Congreso
de los Diputados entre 1986 y 1996. Licenciado en Filosofía y Letras, historiador, biógrafo,
crítico literario, poeta, archivero de profesión, fue uno de los principales intelectuales
mallorquines del siglo XX en las Islas Baleares. Como escritor formó parte de la segunda promoción
de la Escuela Mallorquina.
Ingresó en el cuerpo de archiveros en 1922 y fue destinado al Archivo de Hacienda de
Tarragona, donde permaneció hasta el 1929. Ese mismo año pasó a la Diputación de las Illes Balears
y fundó la Biblioteca de Cultura Artesana. En 1930 fue nombrado director del Archivo Histórico de
Mallorca.
Fue un maestro de la derecha catalanista de Mallorca desde la Asociación para la Cultura de
Mallorca, sobre todo como articulista y editorialista de su revista La nostra terra y de su
publicación anual, que él mismo dirigió,
Almanac de les Lletres , desde la prensa local, Sóller y Correo de Mallorca), donde
publicó artículos y poemas, y desde la presidencia de la Sociedad Arqueológica Luliana entre 1937 y
1971, entidad que se puede decir que salvó de la desaparición durante la dictadura franquista.
Aunque no estuvo afiliado a ningún partido político, podemos considerarlo un hombre liberal,
demócrata y federalista. Desde una perspectiva de centro-derecha, su labor de ideólogo se destacó
por su vinculación al nacionalismo, por sus afanes reivinficatius en favor de la autonomía y por su
absoluta defensa de la lengua catalana como lengua de cultura.
Tema / Periodo y artículos elegidos
Joan Pons i Marquès fue un intelectual que se encontraba a medio camino entre el
mallorquinismo político y el mallorquinismo cultural. Todos los planteamientos ideológicos y de
recuperación cultural se materializó durante la Segunda República en el Anteproyecto de Estatuto de
Autonomía de 1931. Debemos tener en cuenta que el nacionalismo mallorquín en clave catalanista topó
con el anticatalanismo de las clases dominantes isleñas. Los caciques odiaban el catalanismo,
porque Cataluña era un ejemplo de libertades que les podían hacer perder sus privilegios en
Mallorca (Carrió, 1999: 49).
Nuestro autor lo tenemos que enmarcar en el contexto de la aparición en Mallorca del
novecentismo, seguido en la isla por los escritores que se autodenominaban Escuela Mallorquina.
Desde 1917, esta contó con una segunda generación de inteligencia. Intelectuales muy activos:
Guillem Colom, Miquel Ferrà y Juan, Joan Estelrich, Andreu Ferrer Ginard, entre otros.
Las diversas iniciativas periodísticas novecentistas respondían a un deseo de divulgación,
aunque sólo fuera en ambientes intelectuales reducidos y con un objetivo transformador a partir de
la cultura. Entre ellas cabe destacar en primer lugar la revista Mitjorn (1906-1907), de carácter
literario, pero con algunos artículos políticos, dirigida por Miquel Ferrà (1885-1947), uno de los
principales teóricos del regionalismo e iniciador del novecentismo en Mallorca. Posteriormente
aparecieron La Veu de Mallorca, portavoz del Centro Regionalista de Mallorca (1917-1919) y del
Centro Autonomista de Mallorca (1931), y dirigida sucesivamente por Joan Estelrich, Joan Pons i
Marquès y Andreu Ferrer, L'Ignorancia (1918 a 1920 ), de carácter costumbrista, el cuaderno
mensual
Associació per la Cultura de Mallorca (1923-1925) y, por último, La nostra terra
(1928-1936), órgano de la Asociación para la Cultura de Mallorca.
La
Associació per la Cultura de Mallorca fue fundada en 1923 en Palma y tenía con
principal objetivo la difusión de la cultura catalana en la isla. Impulsó actividades diversas como
conferencias, cursos de lengua, historia y cultura de Mallorca, juegos florales, excursiones,
homenajes a escritores, conmemoraciones, publicaciones literarias, lingüísticas y científicas, con
una voluntad de incidir en todos los sectores sociales para acercarlos a sus ideales. En su
composición, encontramos un claro predominio de sectores sociales de clase media alta y, sobre
todo, profesiones liberales: médicos, maestros de escuela, profesores, escritores, periodistas,
sacerdotes, ingenieros y arquitectos.
No podemos olvidar que en los años veinte aparecieron en la isla toda una serie de entidades
mallorquinistas vinculadas a la Iglesia, como por ejemplo la Sección mallorquinista de la
Congregación Mariana de los jesuitas de Montesión de Mallorca, la Juventud mallorquinista de
Sóller, de la misma Congregación Mariana, Minerva, de Artà, Saba Marinenca, de Llucmajor, los
Círculos de Obreros Católicos, entre otros.
La publicación
La nostra terra (1928-1936) publicación mensual, órgano de expresión de la
Associació per la Cultura de Mallorca , que se puede definir por subtítulo que mantuvo a
lo largo de su historia: revista mensual de literatura, arte y ciencias. Fue una revista de
divulgación cultural que tuvo un carácter elitsta, en el entorno de una minoría burguesa y culta
que nunca hizo ningún intento para tratar de popularizar la revista. La divulgación de la poesía,
fundamentalmente de los poetas de la Escuela Mallorquina, la promoción de la literatura y la
crítica literaria están presentes a lo largo de toda la historia de la revista. Además, la
geología, la oceanografía, la economía, el urbanismo y otras muchas materias científicas son
tratadas con rigor, sin perder de vista el carácter divulgativo de la publicación.
Entre los colaboradores de la revista que escriben poesía, prosa literaria o historia,
predominan los ideológicamente conservadores de derecha cristiana. La nómina es larga: Miquel
Ferrà, Maria Antònia Salvà, Octavi Saltor, Agustí Calvet, Joan Pons i Marquès, entre otros.
Mientras que los que escriben artículos de carácter científico predominan los de ideología de
izquierdas, como es ahora Francisco de Sales Aguiló, Andreu Crespí, Emili Darder, Lluís Ferbala y
Miquel Massutí, entre otros. Aunque hay que puntualizar que a partir de 1934 los colaboradores que
podemos calificar de izquierdas desaparecen del todo, a excepción de Miguel Massutí, hombre de
profunda convicción cristiana.
La antología
La práctica totalidad de los editoriales de la revista llevaban el sello literario de Joan
Pons i Marqués, aunque alguna vez atendiendo las sugerencias que Miquel Ferrà y Joan Estelrich le
hacían desde Barcelona. Los editoriales más apasionados en defensa de la lengua y el Estatuto eran
inequívocamente obra de Joan Pons, aunque no estén firmados.
Los editoriales seleccionados son todo un conjunto de reflexiones políticas y
sociolingüísticas de una alta calidad literaria y hechos en lengua catalana, hecho esporádico y
poco usual en nuestra tierra.
He seleccionado aquellos editoriales que entre 1931 y 1936 hacen referencia a cuestiones
lingüísticas y políticas. Más concretamente, los que hacen mención al deseado proceso autonómico
que a imagen y semejanza del catalán fue impulsado por la Asociación para la Cultura de Mallorca.
Si se lee los editoriales, se dará cuenta perfectamente de los obstáculos y las dificultades tanto
internas como externas que imposibilitaran la consecución de un estatuto de autonomía propio.
El primer editorial del mes de mayo de 1931 reivindica la necesidad de aprobar el decreto de
bilingüismo para enderezar la situación del catalán en las Islas Baleares, así como sentar las
bases de normalidad lingüística de cara a la implantación de un estatuto de autonomía.
El editorial del mes de junio de 1931 es una carta de presentación del anteproyecto de
Estatuto de Autonomía para Baleares, publicado íntegramente en el mismo número de la revista y que
fue sometido a discusión en julio siguiente en una asamblea de ayuntamientos y entidades de las
Islas celebrada en el Teatro Principal de Palma (Carrió, 1999: 46). De entrada, el anteproyecto
autonómico contó con una serie de obstáculos, el más importante de los cuales fue la negativa de
Menorca a participar en el proceso. Esto explica la llamada que hace la editorial a la autonomía de
cada isla y mantener su propia fisonomía. La negativa menorquina respondía a razones diversas, como
la falta de participación de los representantes menorquines en su redacción, la excesiva
representación que se preveía para Mallorca en la futura institución interinsular, y la misma
denominación de Gran i General Consell -históricamente mallorquina- que esta adoptaría.
Se trataba, en definitiva, de recelos ante el tradicional centralismo mallorquín, acentuados
en este caso por los temores del republicanismo menorquín ante una hipotética extensión en su isla
del caciquismo de Joan March, a quien consideraban uno de los impulsores de la iniciativa.
Finalmente, el Anteproyecto se convirtió en un proyecto exclusivamente para Mallorca e Ibiza,
inviable desde el punto de vista constitucional (Carrió, 1999: 47).
A la exclusión de Menorca, se añadieron pronto otros problemas que harían imposible la
aprobación del Estatuto. Así, se generó una fuerte polémica en torno a una posible federación con
Cataluña, prohibida por la Constitución Republicana de 1931, la que excluía cualquier vínculo
federal entre futuras regiones autónomas. Este es el tema central de la editorial "Davant l'Estatut
de Catalunya" en el que se reivindicaba la necesidad de un estatuto propio y la articulación de un
nacionalismo político en el que confluyan las aspiraciones del nacionalismo cultural ya existente .
La lengua en las instituciones y, más concretamente, al Ayuntamiento de Palma fue motivo de
controversia y de la que se hizo eco del editorial de julio de 1933. Tras la aprobación de la
Constitución republicana y en el ámbito oficial, el ministro de la Gobernación autorizó los
ayuntamientos de las Baleares a poner programas de oposiciones a plazas de funcionarios municipales
con carácter obligatorio el conocimiento de la lengua catalana. El Ayuntamiento de Palma acordó que
el catalán fuera un mérito en las oposiciones a funcionarios, pese a la oposición de algunos
concejales. Llorenç Villalonga desde el diario El Día, propiedad de Juan March y Ordines, seguía
atacando la unidad de la lengua (Alomar, 2002: 20-21).
Hay que recordar que el Ayuntamiento de Palma comenzó a publicar las llamadas en catalán,
acordó rotular calles del Ensanche con nombres de escritores: Joan Maragall, Àngel Guimerà, Pau
Piferrer, Ausió March, entre otros, y las memorias del participantes en un concurso para proveer
una plaza de arquitecto municipal fueron redactadas en catalán. La resistencia a la normalización
se mantenía en un grupo de concejales, a pesar de la adhesión del consistorio al Anteproyecto de
Estatuto. Este hecho es el criticado por la editorial mencionada con el argumento científico de la
unidad de la lengua.
Antes de que acabara el primer bienio republicano se hizo una felicitación al pueblo vasco
por su plebiscito para la obtención de su Estatuto autonómico de día 5 de noviembre de 1933. De
hecho, la editorial sirve para reivindicar la puesta en marcha del proceso autonómico para las
Islas Baleares.
En mayo de 1936, a instancias del Partido Regionalista de Mallorca, hubo un último intento de
retomar el debate autonómico, el cual fracasó nuevamente por la negativa de varios grupos políticos
de derecha e izquierda a participar. Ya en marzo del mismo año se hizo un llamamiento desde la
editorial "La restauració de l'autonomía". En este se hacía una crítica muy dura a la instromissió
de las cortes españolas poniendo obstáculos a los procesos autonómicos. La editorial de mayo nos da
a entender el apoyo más absoluto de la Asociación para la Cultura de Mallorca en la iniciativa del
Partido Regionalista. Para poner en marcha el proceso, se apela. Lava al espíritu y la letra del
proyecto de julio de 1931.
Hay que decir que el año 1936, la Asociación para la Cultura de Mallorca, ante la negativa
del ministro de Instrucción Pública a aprobar el Decreto de bilingüismo para Baleares, Comunidad
Valenciana y Euskadi, publicó un llamamiento a una colaboración mayor entre Cataluña y Baleares, en
nombre de los intereses comunes, entre ellos la comunidad de lengua y cultura, bajo el título
"Missatge als mallorquins ", y firmada por los principales intelectuales catalanes. Esta llamada es
la que se presenta en la última editorial de esta antológica. Hay que añadir que dicho mensaje tuvo
cumplido respuesta con la "Resposta als catalans", publicada en "La Publicitat" de Barcelona el 14
de junio de 1936.
Artículos seleccionados
- "
El decret del bilingüisme", mayo de 1931
- " El dret dels pobles a la llibertat ", junio de 1931
- " La nostra tradició del govern ", junio de 1932
- " D'avant l'Estatut de Catalunya ", septiembre-octubre de 1932
- " La nostra llengua a l'Ajuntament de ciutat ", julio de 1933
- " Gora Euzkadi ", noviembre-diciembre de 1933
- " En el cancell de l'estiu ", junio de 1935
- " La restauració de l'autonomia ", marzo de 1936
- " L'Estatut ", mayo de 1936
- " Un missatge als mallorquins ", mayo de 1936