Oriflama
Josep Maria Huertas trabajó para la
revista Oriflama desde el 1968 hasta 1974. Entró
en la publicación como director, gracias a la exigencia
de la Ley Fraga de 1966 de que este cargo lo ocupe alguien
con carné de periodismo. Huertas, que trabajaba en
El Correo Catalán, cumplía los requisitos.
En 1970 deja de ser la cabeza visible de la publicación
por una amenaza de cierre, pero siguió en el Consejo
Directivo hasta 1974.
Huertas utilizaba casi todos los géneros.
En las secciones de opinión, tituladas «La mosca
al nas» y «Qüestions obertes», colaboró
en todos los números durante su estancia en Oriflama.
También escribió bastantes reportajes y crónicas
sobre temas variados aunque con denominadores comunes: problemática
joven, cuestiones sociales y obreras, temas de ámbito
local y cultural, con especial atención en el cine,
la literatura y, en menor grado, la música. También
realizó alguna entrevista e informes divulgativos.
Todos estos temas quedaron regidos por un estilo
de escritura característico. Siempre aparecen pinceladas
de acidez, crítica, e ironía; un estilo marcadamente
directo en la forma de expresarse y muy próximo a un
público joven como el de Oriflama.
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Biografía de la publicación |
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Esta revista nació
en 1961 como un folletín del obispado de Vic
destinado a los jóvenes que hacían el
servicio militar. En un principio, era bilingüe,
pero coincidiendo con la Ley de Prensa de 1966 pasó
a editarse íntegramente en catalán. En
1968, gracias también a la Ley de Prensa, se
hizo cargo de la publicación Josep Maria Huertas.
Durante el tiempo en el que Huertas dirigió
la publicación, Oriflama vivió
su mejor época, con un aumento importante de
la venta de ejemplares. A partir de 1970, el obispado
de Vic dejó de apoyar económicamente a
la revista por el carácter progresista que Huertas
le había imprimido. Debido a muchos de los textos
de los colaboradores, la publicación tuvo que
hacer frente a numerosos expedientes con sanciones económicas
muy elevadas.
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Un año más
tarde, entraron en Oriflama personas próximas
a Jordi Pujol, cuando Huertas ya no figura como director
por una amenaza de cierre del Ministerio. Entonces,
la gestión económica de la publicación
pasó a manos de gente de Unió Democràtica
de Catalunya (UDC), lo que provocó nuevos enfrentamientos
entre la redacción y los gestores económicos.
Esta situación provocó la dimisión
de muchos de los importantes colaboradores de la revista,
y se hizo presión para que la cúpula directiva,
con Huertas, Jaume Fabre y Joan Pradera al frente, dimitiera.
No salieron de Oriflama hasta el 1974, cuando
fueron despedidos pese a que la publicación sacaba
ya 16.000 ejemplares a la calle. A partir de aquel momento,
la revista fue adquiriendo progresivamente un talante
de revista juvenil, cada vez más próximo
a UDC. La voluntad de convertir Oriflama en
una revista semanal fracasó en 1976, con numerosas
pérdidas, en un momento en el que se había
convertido en la segunda revista de Catalunya. El último
número salió el 17 de diciembre de 1977,
cuando la tirada ya se había reducido por debajo
de los 8.000 ejemplares.
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Listado de artículos |
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