Comentario a «La bella Lira muda yace ahora», por José María Micó

Góngora aprovechó al máximo la muerte, el nombre, la patria y la afición de doña María de Lira, «una señora insigne música de Toledo» (SC). Como en los demás madrigales, se advierte la tendencia al concepto, al ingenio, eludiendo los virtuosismos descriptivos o laudatorios propios de los sonetos y otras formas más extensas. No se evitan, en cambio, dos de los más tópicos ingredientes del epitafio en verso: la fórmula deíctica y la mención del mito órfico, si bien este último está menos traído por los pelos que en otras ocasiones.

El texto figura en poquísimos testimonios, y Salcedo Coronel confirma su rareza: «No le había visto en ninguno de los manuscritos que han llegado a mis manos, con ser muchos, hasta que don Pedro Antonio de Baeza ... me comunicó este y otros escritos que con gran juicio y curiosa diligencia ha recogido» (pág. '182' [=178]). Corrijo el leísmo del verso 3, común en Ch y Sa.

 

Madrigal  A  B  b  a  a  C  C.

Sinéresis en solia, v. 4.