Comentario a «Donde las altas ruedas», por José María Micó
«Esta Canción escribió don Luis en persona de un caballero de Córdoba amigo suyo; introdúcele quejándose, en las riberas del Betis, de la ausencia y del amor» (SC); el decorado «participa a la vez de la pastoral pura y de la poesía piscatoria: a la sombra de un fresno en el que cantan los ruiseñores, sobre un fondo de álamos silenciosos, ... mientras que la luna juega sobre las quietas aguas del río soñoliento» (R. Jammes, pág. 339 [404-405]). Todo ello guarda estrecha relación con algunos romances de fecha cercana, especialmente el que comienza «Sin Leda y sin esperanza», de 1595 (M 41). La siguiente canción es, por tanto, el primer asomo en métrica italiana del género piscatorio, que tendrá su culminación en las Soledades (cfr. las observaciones de Alfonso Callejo, La «Soledad segunda», págs. 85-114) y en la égloga por la muerte del Duque de Medinasidonia (silva «Perdona al remo, Lícidas, perdona» [293]).
Pero el herido de ausencia y «condenado a pensamientos» ya no es sólo «un pobre pescadorcillo» como en el romance, porque con el nombre virgiliano Coridón, usado también en unas décimas menos serias de 1612 (M 157), se refiere Góngora a «algún caballero de los de aquella excelentísima casa» del Carpio (SC), lugar cercano a las azudas mencionadas en la primera estrofa. Los epígrafes de H y Ho aciertan al mencionar al mismo marqués, don Diego López de Haro, pero yerran al entender «que murió niño» (seguramente por incomprensión del v. 20: «pues permites que muera»).
Góngora recrea con gran sensibilidad algunos de los motivos más conocidos de la poesía amorosa de soledad y ausencia: el silencio, la noche, el río dormido, el lugar ameno, la queja íntima... Muchos de ellos acabarán enriqueciendo el portentoso mundo conceptual de sus «poemas mayores».
En cuanto al texto, no hay duda de que en el v. 6 Sa comete un error, pero en la llamada del comentario lee del mismo modo; en el v. 20 la variante de A es inadmisible por hipermetría. La única diferencia interesante es la del v. 6, pero juncias parece poéticamente mejor que guijas. El ms. T invierte equivocadamente el orden de las dos estrofas centrales.
Canción alirada a b b A c C.
Aspiración de la h en los versos 5 y 16.