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Autor: BADIA,
Tomás |
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Localización
y transcripción: David Martínez Robles |
//f. 227a//
M. R. P. Prior Provincial Fr. Rafael Masoliver.
Mi Vendo Padre, ahunque con mucha dificultad se pudo encontrar cursor qe
fuese a Macao para pedir plata, y podernos socorrer, fueron tales las circunstancias
del lugar, y de la persecucion qe estabamos padeciendo, que no me fue posible
escribir á V. P. M. R. como deseaba, y asi humildte le suplico dissimule
la demora, pues fue sin poderlo remediar: unicamente pude escribir dos lineas
á N. P. Procurador.
En varias de mis cartas habia participado la tranquilidad de que disfrutaba
esta Mission de Fo-kien, y como era para alabar al Señor ver quasi
publica N. Sta Religion. Causaba consuelo ver como todos los dias assistian
los christos á oyr Misa, y cantar el Rosario y demas preces: se admiraban
los gentiles qdo veian la multitud de christos que assistian en las principales
solemnidades, y qe no cabian en las Iglesias: causaba devocion oir como los
christos en todos los Domingos y demas solemnidades cantaban oublicamte el
SS. Rosario en sus casas: casi todos los años en todas partes habia
gentiles qe se covertian al Señor, y se admitian al gremio de la Iglesia
con la ablucion del Sto Bautizmo: los PPs podiamos ir publicamte quasi en
todas partes, y eramos venerados por los mas de los gentiles, qe mirandonos
como á Job assurgentes stabant, cessabant lo qui, i digitum superponebant
oni suo. Tales eran las circunstancias de esta Mission: pero vol nobis guia
pescavimus? y el señor por sus inecrutables Juicios permitio que padeciessemos
una persecucion tan terrible, qe no solamte enmudecio nuestras Iglesias, si
qe tambien troco nuestra alegria en llanto, por habe quedada esclava la que
antes era libera: si, prevalecieron nuestros enemigos, ultrajaron todo lo
sagrado, quemaron y derribaron las Iglesias, et ecce sancta nostra, et pulchritudo
nostra, et claritas nostra desolata est.
Si, mi Vendo Padre, desde el mes de Noviembre del año 36. hasta //f.
227b// Febrero del año 38. hemos padecido, y ahun estamos padeciendo
persecucion, exceptuando algos cinco meses qe estuvimos en paz. En el dia
20. 9bre del 36. recibimos cartas del P. clerigo Oang, qe está administrando
en la capital de esta Prova, en la qe nos participaba como un gentil fue á
acusarnos en la Corte, y qe ya habia orden del Emperador para prendernos,
pero qe de modo alguno podia averiguar en qe consistia la acusacn en el dia
23. del mismo nos envió una copia de dicha orden, qe por su actividad
y vigilancia pudo conseguir: dicha acusacn quoad substabtiam es como sigue,,
un tal Lien-tei-chun del territorio de Ku-fin-ken vino en la Corte, y declara
como en el territorio de Fogan hay Europeos, qe seducen al pueblo predicando
la religion de Jesu-Christo, y el principal cabeza se llama Sam-put-pa; los
tales recogen gente; reciben dinero del pueblo; tienen sus hornos de cobre
é hierro; hacen armas; son asalteadores de camino; sus discipulos tienen
comunicacion con las Provas Kung-toeng, Cheic-kong [??], y Kong-soe; y si
no se pone remedio dentro poco quedará seducido todo el pueblo: con
qe tambien todos los qe sigan dicha Religion con sus libros &, y luego
sean conducudos ante el Virrey, para qe en propia persona los ecsamine, participandome
á su tiempo el resultado. Que tal oir semejantes anuncios? como palpitan
nuestros corazones? gracs al Señor qe por su infinita Missericordia
todos estuvimos bastante resignados.
En el dia 24. del mismo mes dicha orden llegó en esta, pero el Mandn
qe entonces era interino, muy prudente, y nada contrario de N. Sta Religion,
tomó las providencias con pacifiguez, é informado de algs peritos,
queria dissimular, y disponer sin qe fuesse necessario molestar al pueblo.
Como era grande la envidia de nuestro comun enemigo y accusator fratuum et
Diablo, hizo qto pudo para destruir a sus competidores, haciendo qe el Virey
enviasse un Comissionado para qe se executayse con toda severidad nuestra
causa: Este Comissionado llegó en esta el dia 1 Desiembre, y desde
luego mando llamar al Mandarin, que estaba recogiendo los tributos en otro
pueblo, reprendiendole por qe fue incurioso, é instandole con todo
vigor para qe executasse: estuvieron con estas contiendas por espacio de //f.
228a// ocho dias, de modo que en toda la Ciudad no se oya mas que crucifige,
caucifige, y varios fueron los pueblos que tanto los gentiles como los chriss
recogieron sus cosas, y dormian en casa agena. Nuestro abogado el Mandarin
se mantuvo se mantuvo firme, y á pesar de tantas angustias, dixo el
Commissionado qe para no molestar al pueblo estaba resuelto á qe le
degradassen ó bien que le cortassen la cabeza.
Estando en estas competencias se pudo averiguar que ahun vivia el hero mayor
del fingido Europeo Sam-put-pa; y asi fue preso y conducido al tribunal; este
pobre infeliz christiano, despues de ser instruido por el mandarin sobre el
modo de responder, apostato pisando la cruc, y dixo como su hermano no era
christo, qe desde pequeño siempre fue inobediente, salió de
su casa, y qe en la carcel de otro territorio habia muerto de enfermedad:
con semejante declaracion tuvo salida el Mandn, y pudo responder al Virrey;
y asi el Comissionado no pudo meter la uña como deseaba, sino qe tuvo
qe volverse con el rabo entre las piernas.
El Virrey aprobo lo dispuesto por el buen Mandn, y solo encargo qe dicho christo
se ecsaminasse otra vez a fin de evitar el qe ocultasse: escribio al Emperador
qe luego le enviasse al Acusador, para qe fuesse juzgado, y ecsaminar los
motivos porqe habia acusado: el Emperador cedio, y desde luego con la mayor
prestesa le hizo conducir á nuestro enemigo el Lien-tei-chun; pero,
oh buen Jesus! quan benigno soys para los qe hos aman! quan bueno para los
que hos piden! y quan recto y justo paro los qe hos aborrecen! Dos horas depues
de haber llegado en la Capital, y apenas poder responder a qto se le pregunto,
murio con admiracion de todos: Deus non innidetur!
Muerto ya el acusador, hubo paz; y en accion de gracias, y ademas para satisfacer
en parte lo qe habia gastado el Mandn con el comissionado, se recogieron de
los christs unos 500. pesos; el Sr Vico Apostco ofrecio 500. y otros 100.
la Comunidad, los quales ocultamte se entregaron al Mandarin: quedo agradecido,
y dixo qe haria qto estuviera á sus alcances para los de Fo-gan. //f.
228b// Lastima que poco despues tuvo qe ir á otra parte, por haber
llegado el nuevo Manda[rin] por espacio de un año qe estuvo en esta
de interino, todo qto hizo fue con prudencia, desint[eres] y aplaudido de
todos.
Todos los PPs por espacio de unos dos meses estuvimos escondidos, y gracias
a[hun] que no tuvimos desgracia alguna. Unicamente nuestro Vendo viejo el
Sr Carpena paso su tra[n]gillo por ser descubierto por un ingrato christo;
y sino me engaño el dia de Navidad s[eis] soldados se presentaron el
la casa donde estaba escondido, y a fin de obtener plata fin[gie]ron tener
orden del Mandarin para prender al Sr, que sabian estaba allí: estuvieron
[dispu]tando hasta las seis de la tarde, y no querian volverse hasta que por
ultimo les dieron q[ua]tro ó cinco pesos: todo aquel dia estuvo dicho
Sr encerrado en un granero teniendo qe [co]mer batatas crudas por no tener
otra cosa: al dia sigueinte tuvo qe mudar de [lu]gar, lo qe es muy penoso
por su edad y padecer de ka hernia. En todo aquel ti[em]po las salidas siempre
fueron de noche, con no poca incomodidad.
Ahun qe luego supimos como el nuevo Mandarin era avarissimo, i nue[???] y
enemigo declarado de N. Sta Religion, con todo como ya disfrutabamos de la
antigua paz, continuaron nuestros proyectos, y sin acordarnos siquiera de
los beneficios que poco ant[es] habiamos recibido del Señor, ingratos
no supimos darle las debidas gracias por haberno[s li]bertado del grandissimo
peligro en qe nos hallabamos, y lo peor de todo ni pensamo[s] emendar nuestras
faltas; con qe se completó la ira de Dios; intentó dissipar
los muros [de] esta pequeña Sion, y tendio el arco de su justicia,
enviandonos una persecucion la m[as] terrible qe nunca habia experimentado
esta christiandad: En effecto, el dia 16 de [ju]nio del 37., sin tener el
mas minimo aviso por estar entonces dicho P. Clerigo administrando en otro
partido, antes de almanecer principiaron á prender christs dentro [de]
la misma Ciudad; y en el mismo dia á las 9. de la mañana fueron
al Pueblo de Ke-t[...] qe es uno de los mas cercanos, y donde yo administraba,
prendieron un christiano Padre de un Sa[cer]dote indigena, é immediatamte
fueron á la Iglesia donde pillaron todo qto encontrar[on] que fue quasi
todo por no haber mediado tiempo para poderlo esconder: la suerte fue qe el
P. [Fr.] Juan de Sta Maria Magdalena, qe actualmte estaba alli, pudo escaparse.
En aquella ocason estaba en Nouê-yông en compañia del P.
Fr. Miguel [de] Calderon haciendo los Exercicios Espirituales, y luego de
concluidos intentaba ir á buscar //f. 229a// lo que habia llevado la
barca, qe tres ó quatro dias antes habia vuelo de Macao. Luego qe yo
y los demas PPs fuimos sabedores de tan inesperada novedad, qe fue el mismo
dia poco antes de comer, procuramos ponernos en salvo, y aguardar lo que fuese
beneplacito del Señor. No es facil explicar por menudo las correrias
qe hemos tenido los PPs en unos ocho meses, y mucho mas dificil es explicar
con distincion las guerras, pillages, prision de christs, y demas desgracias
que han sucedido en dicho tiempo; con todo para cumplir con mi deber me explicare
segun sepa entender y este á mis alcances.
En un principio el Mandarin no hizo salida alguna, sino qe instruido de los
Escribas, y dirigido principalmte por un christiano Apostata, despues de haber
ido al fano del Diablo, hecho su voto, y maldecido la cruz, encargo dicho
negocio á los Esvirros, mandando qe á cada pueblo pussiessen
en publico la orden de prender christianos fuessen hombres ó mugeres
sin distincion alguna, y sin expressar Europeos ni cabezas de Religion. Los
esvirros, como son gente sin affeccion alguna, y amigos del pillage &.,
todos los dias y noches hacian sus salidas en los pueblos pequeños,
y donde sabian que habia pocos christianos, robando sus cosas, destruyendo
algs casas, prendiendo christs, y otras picardias, de las quales algs mejor
es callarlas: de los christs presos algunos eran soltados por dar plata, y
los pobres eran conducidos al Mandarin: asi duro cerca de un mes. Los christs
todos atemorizados no se atrevian á dormir en sus casas, y algs ni
ahun trabajar sus campos. En los pueblos grandes y de muchos christs no se
atrevian ir por temor de qe serian apaleados, y asi por entonces no padecieron
cosa particular, y los PPs tenian donde poderse refugiar.
El Mandarin hizo su interrogatorio á los pobres christs presos, de
los quales algs apostataron, y confessaron todo qto sabian de los PPs tanto
indigenas como Europeos; otros se mantubieron firmes en confessar á
Jesu-Christo N. Redentor: á varios de los qe se negaron ser christs
les mando dar bofetones, y á los qe confesaron la verdad quasi á
ninguno: tanto estos como aquellos fueron //f. 229b// conducidos, ceñidos
de cadenas, con esposas y grillos como á malhechores y reos de muerte,
en la Capital á ser juzgados en presencia del Virrey: en varias remesas
fueron conducidos 27. christs: cosastennecio [???] ver qe trataban á
los pobres con tanto rigos.
Los Esvirros prendieron á dos Beatas: la una estuvo encerrada en compañia
de los malignos por tres dias y tres noches, hasta qe sus herms compadecidos
de las angustias de su hermana la rescataron con plata, quedando la pobre
hecha un esqueleto, y contraxo una grave enfermedad, de la qe pudo salir con
la ayuda del Señor ahunqe con muchos achaques: la otra, qe es de los
arrabales fuera los muros de la Ciudad, y llamada Eing-chiong, se porto varonilmte
y como verdadera hija de N. P. S. Domingo, é instada para qe pisasse
la Sta Cruz, qe de intento pusieron á sus pies, respondio asi ,,yo
pisar á mi amado Jesus y Redentor? antes moriria qe cometer tanta ingratitud
y desacato; conducidme donde querays, pues estoy preparada para dar mi vida,
y á padecer lo qe se ofrezca, antes que negar ser christiana, y dexar
de ser Beata: los esvirros, viendo tal resolucion, procuraron sacar alguna
plata, y, sin qe la B. Lo supiera, buscaron un gentil, qe se fingiese ser
su Madre, y en su nombre pisasse el Crucifixo, despues la despacharon, mandandole
qe dentro de tres meses de desposasse: concluidos los tres meses fueron otra
vez en su casa, amenazandle que se no se desposasse la prenderian otra vez,
á los quales respondio con serenidad; aqui estoy prendedme, porqe casarme
nunca lo hare, vosotros cuydado; immediatamte en presencia de sus herms se
corto el pelo, cosa horrorosa para el chino, y mucho mas en las mugs.
Las demas Beatas, sabedores de lo acontecido, y llenas de temor, á
fin de evitar el negar á Jesu-Christo, unas se escondieron en casas
de gentiles conocidos, con mil escollos; otras por no tener gentiles conocidos,
y ni saber donde parar se escondieron en los montes, et in cavernis terra.
Causaba verdadera compassion ver las Esposas de Jesu-Christo entregadas en
manos de lobos, et in solitudinibus carantes; pero gracs al Sr qe hasta lo
presente no se ha oido escandalo alguno, y qe se han portado fielmente dando
honor á la Religion, y a nuestro Sto Habito.
Los Esbirros en un principio pricipiaron á perseguir al P. Juan de
Sta //f. 230a// Maria Magdalena, y por dos veces estuvo á pique de
ser preso: viendose asi perseguido salio para la Provcia de Cheic-kong, qe
está al norte de esta; pocos dias despues de haber llegado alli, pico
la espia, pero quiso Dios que fuesse avisado por el mismo qe lo avia declarado,
y asi pudo escaparse poco antes de qe los malevolos llegassen al Meson donde
estaba para prenderle. Por ultimo, observando que no podia parar en parte
alguna, acompañado de dos christs se embarco para la provincia de Nam-keing,
donde administran los PPs Portugueses, y desde entonces nada hemos sabido
de dicho Padre, pero confiamos qe no habra tenido novedad.
El P. Serrador, como ahun no se habia curado del todo de la pierna, qe tanto
tiempo habia tenido mala y sin poder celebrar, á fin de tener mas seguridad,
desde un principio intento pasar al partido de Neing-tec; pero quizo Dios
que no pudiese verificarlo, y fue su suerte, porqe si hubiesse ido mas dificil
le habria sido poderle ocultar, por haber en dicho partido pocos christs,
y ser mas descubiertas la salidas y entradas: poco despues de haber salido
dicho Padre con la sylla de la casa donde habia estado escondido por espacio
de tres dias, y á donde estabamos yo y el P. Calderon, fue detenido
por unos cinco ó seis gentiles monticulas, que fueron sabedores de
su salida por los mismos sylleros: luego assistieron los christs y despues
de haberles dado uno ó dos pesos libertaron al Padre. Al momento se
divulgó la prision de dicho Padre, por cuyo motivo los Esvirros principiaron
á descubrir sus pasos, y por dos veces estuvo á pique de ser
preso: muchos fueron los lugares donde se refugio, y en parte ninguna encontraba
seguridad, hasta qe por ultimo fue á un pueblo llamado Soe-uìn,
qe esta colocado entre montes, como despues dire, y á donde ya estabamos
escondidos quatro PPs Europeos.
El Sr Vico Apostco, pocos dias despues de haber principiado la persecucion,
conociendo las ideas del perverso Mandn, temio, y se fue al partido de Neing-tec,
sufriendo muchs trabajos, por serle penoso andr ahun con sylla. Segun la relacion
de algs cartas qe recibi de dicho Señor, fue un prodigio de la Divina
Missericordia el qe pudiese escaparse, y suportar tantas tribulaciones: pondré
algs //f. 230b// parrafos de sus cartas para alabar al Padre de eternas Missericordias:
en una carta, cuya fecha [es] 14. Julio del 37. dice;; hace un mes qe ando
corriendo la tuna, sin poder fixar en parte alguna; las salidas y entradas
siempre de noche entre gallos, unas veces con lluvia, malos caminos y á
obs[cu]ras; la primera morada fue de quatro noches, y tuve qe salirme por
estar lleno mi cuerpo de chinches, y otras immundicias; al salir un Bachiller
tuvo la habilidad de sacarme mas de cien pesos, Dios lo reciba,; En otra,
fecha 30. 8bre del 37. dice,, lo que por aca ha pasado (en el pueb[lo] de
Lam-kou del partido de Neing-fec) desde la Solemnidad del Arcangel S. Miguel,
es largo de citar, solo puedo decir qe á fuerza de proigios de la Divina
Providencia he podido escapar de l[as] uñas de mas de 400 leones, qe
comboyados por el Leon grande, muy semejante á esse de Fo-gan, vinieron
muy seguros de qe no podria escapar de tantas redes; estuvieron muy cerca
de mi; y viendo alli una manada de cabras, tirándose á ellas,
las cabras arrancaron á correr montaña abajo, ellos las siguieron,
y me dexaron libre; es tiempo de callar por considerarse todo picazo autorizado
sobre mi persona, como sobre un leopardo; han tratado de levantar una compañia,
y á expensas de ella cogerme; trataron de buscarme con perr[os] de
caza como á una fiera pessima; me han buscado por muchos sitios, mas
Dios Padre de et[er]nas Missericordias me ha librado hasta lo presente, basta,
pues en este sitio logobre no se puede mas ni menos; baxaronme á este
sitio con una escala, qe mudaron quatro veces para llegar á el.,, En
otra carta, dirigida al P. Calderon, dice,, recibí la muy atenta de
V. R. in caverna maceniae [???] en el dia mismo qe nos hallabamos por las
llubias hechos en ella una sopa; los pies estaban sobre el agua, y la cabeza
y el cuerpo chorreando de ella por la qe nos caía de arriba; acudieron
los piadosos christs, y nos sacaron de allí, pero con qe trabajo yo
temi quedar en la esta casa, y á los saltos de peñasco en peñasco
caer en algunas de sus profundidades, qe me serviera de sepulcro; salí,
no por mis fuerzas, sino por virtud divina, no he tenido en mi vida ocasion
mas terrible; salí por fin grs al Señor, y me encuentro en una
casilla, en la qe me dan de limosna un obscuro y logobre aposentillo, tiene
una cama, una mesilla, y un candil qe me sirve de sol y luz; no desprecio
la oferta de essos piadosos christs hospitatores, porqe el Ministerio me ha
hecho aborrecible de los mundanos, y ahora espero mas en la Missericordia
de Dios.,,. Todo esto sucedio á dicho Señor en tiempo del Mandn
interino, como despues dire: al volver el propio Mandn, se apaciguo la cosa,
y asi dicho Señor esta con mas libertad, y sin haber contrahido enferd
alga, gracs al Señor.
//f. 231a/// Alborotado ya todo el partido de Fo-gan, y sabedor el Mandn de
todos los lugares de las Iglesias, y de todos los PPs, intento prendernos,
sacar plata, y vejar á los pueblos grandes; con qe principio á
hacer sus salidas con la turba non saneta de los esvirros, y acompañado
de la tropa con el Comandante de armas. La primera, qe fue á los primeros
de Julio, fue en el pueblo de Song-yong, que á más de ser todos
christs, es uno de los mas ricos, y a donde administraba el P. Bernardino
Yzaga: para sacar mas plata se valio de la siguiente estratagema; envio antes
á su hijo con unos 40. Esvirros para prender christs, y como los encontraron
desprevenidos prendieron á dos, los quales fueron libertados por los
christs del mismo pueblo; viendose asi burlados, se volvieron haciendo pedazos
de la sylla en qe iva el hijo del Mandn, é hiriendose a si mismos algun
tanto, declararon qe dicho pueblo se habia revelado &: oyendo esto el
Mandn immediatamte funiis invectus salio con la turba magna para dicho pueblo;
los christs sabedores de esto, se escaparon al monte, exceptuando los Bachilleres,
qe como gente soberbia, de poca fe, y presumidos de su saber, quizieron aguardarles
pensando qe con el ecce adsum se compondria todo: estuvo allí unos
tres dias, y á la vuelta se llevo conmigo á seys graduados,
los quales estuvieron arrestados muchos dias dentro de la ciudad, y por ultimo
pudieron libertarse afloxando tres mil pesos.
La segunda salida fue al pueblo de Ke-foeng á instancias de los Esvirros,
qe calumniaron á los christianos de dicho pueblo, diciendo qe habian
preso á un Padre, y qe se lo querian pillar &: dio credito á
lo qe apetecia, y asi el dia 26. Julio salio con la griteria de crucifige,
crucifige eum; al llegar á dicho pueblo todos los christs se reunieron,
y se escaparon al monte: viendo el Mandarin qe no lo recibian en casa alguna,
con el comandante se fue directamte en la Iglesia, y despues qe los esbirros
destruyeron la Casa de la Provincia por ser acusados por un Apostata de qe
en su casa escondian al Padre, pegaron fuego en la Iglesia, y en el mismo
dia se volvieron sin causar otra desgracia.
La tercera salida, qe fue á los primeros de Agosto, fue á un
pueblo llamado Lo-ka-hoeng, donde administraba el P. Ignacio Ortuzar; estuvo
allí quatro ó cinco dias dando el saqueo general, prendieron
á cinco ó seis //f. 231b// christs por estar descuydados, golpearon
algunas casas, y por ultimo mando destruir la Iglesia, quedando unicamte algs
arigues por señal. Desde este pueblo fue al pueblo de Ting-tan, donde
administraba el Sr Vico Apostco: unicamente lo recibieron los gentiles de
dicho pueblo, que seran una tercera parte. Al llegar inmediatamente pidio
qe le presentassen al Sr obispo; á cuya peticion respondieron los gentiles,
qe no sabian donde estaba escondido, y qe no podian satisfacer á su
peticion: conociendo el Mandn qe no era possible prenderlo, pidio plata, y
los gentiles en nombre de los christianos le prometieron mil quinientos pesos;
y asi se volvio sin coger gente, ni causar desgracia alguna, estando alli
solos quatro ô cinco dias.
La quarta, que fue el dia 30. de Agosto á las 3 de la noche, fue al
pueblo de Soe-uin, donde esta edificado uno de los dos seminarios de esta
Mission, y á donde estabamos actualmente escondidos cinco Padres Euroipeos,
por ser uno de los lugares mas distantes de la Ciudad, collocado entre montes,
y ademas de ser todos christianos, son gente valentona y de puño; llegó
alli el dia siguiente á las nueve de la mañana: en aquella ocasión
estabamos totalmente desprevenidos por haber oido decir que el Mandarin no
saldria por algunos dias por haber nuevamente llegado un Comissionado del
Virrey, y tenia otras ocupaciones de mas urgencia; la suerte fue qe poco antes
de llegar el Mandn vino á toda prisa un christiano del pueblo Lo-ka-hoeng,
gritando á voces; el Mandarin llega, el Mandarin llega, salio todos:
al oir semejantes voces, sin consultar, y casi en cueros dimos la corrida
al monte, qe distara del pueblo una ó dos millas, y asi podimos evitar
el ser vistos de los varios desterrados, y algs esvirros, qe como gente valiente,
sin affeccion, y amigos de cometer crueldades, precedian al Mandn para sorprendernos,
y aterrar á todo el pueblo, y pillar ad habitum. Como fue la cosa tan
repentina, el pueblo no pudo prevenirse para la pelea, como deseaba, por estar
separados, y los mas estaban al campo con el trabajo; con todo viendose acometidos
de tal gente, á puño, con piedras, y con algs armas que les
pillaron, se //f. 232a// pelearon varonilmente, quedando varios de ellos heridos,
muriendo pocos dias despues uno, que era el cabezilla: del pueblo solamente
quedaron heridos el pobre casero, y un gentil qe encontraron al medio de la
calle cansado, y sin reaccion alguna. Viendo los desterrados qe les salia
el tiro por la culata, y qe no podian con el pueblo, ensangrentados retrocedieron,
y suplicaron al Mandarin, q. con la tropa estaba ya para entrar, qe no fuesse
adelante; temio, y se detuvi hasta qe uno de los soldados dixo; animo, no
hay qe temer, pues es pueblo fiel, y unicamente han herido á los desterrados
por saber qe son gente indomita, y á fin de salvar sus intereses: al
oir tales palabras paso adelante, y en drechura fue al Seminario con el comandante
de armas. Al llegar inmediatamente el Mayordomo del Mandarin preguntó
á los christianos, qe estaban todos reunidos en un montecito al lado
del mismo Seminario, donde estan los Europeos? Los christs respondieron, mucho
tiempo ha qe no los hemos visto, ya se volvieron en su tierra: como replicó
el Mayordomo, hos atreveis á negar, qdo nos consta (habia picado la
espia) que ayer en tal casa estaban cinco? presentadlos, prosiguió,
y por cada uno hos daremos (mentira) mil pesos: los christianos, con el mismo
tono y sin transmutar su semblante, le contextaron, bueno está, registrad
todo el pueblo, y con tal qe los encontreys, nosotros sufriremos la pena,
y sino están, cuydado en tocar, y destruir ó maltratar nuestras
casas; al contrario no hos volvereys sanos. Despues les pidio para comer la
tropa, y ademas tanta plata; el pueblo se excuso diciendo que no tenían
para si, mucho menos para ellos. Conociendo el Mandarin la resolucion del
pueblo temio, y despues de comer lo qe llevaba consigo, se volvio con un pobre
christiano, qe prendieron por ser inexperto é incurioso; nada registraron,
y fue nuestra suerte, porqe si hubiesen registrado bien podian conocer qe
estabamos.
Al volverse pasó por el pueblo de Ke-sen, donde estaba edificado el
otro Seminario, y á donde estaban escondidos el P. Jordá, y
un P. Indigena, por tres veces pidio pernoctar al pueblo, y ver la Iglesia,
siempre se le nego, respondiendole qe todos los ancianos se habian huido,
y qe unicamente quedaban al pueblo unos tres ó quatro cientos jovenes;
con qe viendo qe no quxian recibirle, y qe el Comandante de armas, qe no era
amigo de molestar los pueblos, iva adelante con la tropa, y sin querer detenerse,
tuvo qe ir al pueblo vecino //f. 232b// donde cenó, y en la misma noche
volvio en la ciudad. Todos alabaron el modo con qe se portan estos dos pueblo,
y ojala qe en los demas hubiessen proseguido! pues seguramente se habrian
conservado las Iglesias, y habrian evitado sacar plata, y apostatar, como
despues hicieron. Despues de haber vuelto el Mandn en la ciudad huvo gran
griteria de qe volveria al pueblo de Soe-uìn, y assolaria á
todo el pueblo y varias fueron las cartas qe dirigian los conocidos, á
fin de qe se compusiessen con plata, y poder evitar tanta desgracia: temio
el pueblo, envio su comissionado para componerse con el Mandarin, y soltando
mil pesos obtuvo qe no fuesse otra vez: los Padres ofrecimos dos cientos pesos
para ayudarles, y ademas de poder obtener obtener sal [??] va la Iglesia,
recompensamos el bien qe se portaron con nosotros. En aquella ocasi[on] estuvimos
quarenta dias y quarenta noches al monte con sola la cubierta de algunos esteros,
aguantando las muchas llubias qe huvo, y demas incomodidades consiguientes:
antes ya habiamos estado quince dias en dos ocasiones; pero gracias al Señor
qe no contaximos enfermedad alguna.
El Mandarin varias veces envió sus commissionados al pueblo de ting-tau,
para qe le diessen la plata qe le habian prometido, y siempre se resistieron
en darsela; con qe á mediados de Setiembre indignado hizo su segunda
salida para dicho pueblo, con el Subcomandante, qe era tan cruel como el mismo
Mandn, al llegar la tropa disparo sus fusiles á los christianos qe
estaban al monte: observando tal crueldad todos los christianos hombres y
mugeres, Padre é hijos se escaparon en los montes, y muchos sin tener
qe comer. El Mandarin con toda la turba estuvo á dicho pueblo por espacio
de diez y nueve dias saqqueando todas las casas; estropearon algunas y, quemaron
la Iglesia, y la casa de un pobre christo, qe fue acusado qe habia acompañado
al Obispo: muchos fueron las alajas qe sacaron de dicho pueblo, y por ultimo
encontraron las vestiduras sagradas, adornos de la Iglesia, y todo qto habia
trahido la barca de Macao, exceptuando las cartas, qe antes habian llegado
por tierra, y algunas pocas estampas. Los soldados y esvirros todos los dias
hacian sus salidas en los pueblos vecinos para prender christs, sacar plata,
y buscar al Sr Obispo: prendieron //f. 233a// á varios, y á
algunos les daban tormento para qe declarassen donde estaba el Sr Obispo;
un hombre y una mujer, no pudiendo sufrir el tormento, declararon qe se habia
ido al partido de neing-fec, pero qe no sabian en que pueblo; el Mandarin
luego dio parte al Mandarin de Neing-fec, que entonces era interino, y enemigo
declarado de N. Sta Religion, para qe prendiesse al Sr Obispo. Los christianos,
como se vieron tan vejados, desesperaron, y muchos de ellos ya por hambre,
ya por su poca fe, volvieron al pueblo, pizaron la Sta Cruz, y se convertieron
á Baal, quedando enemigos declarados, y prometieron qe siempre y quando
el Sr Obispo volviese allí, ellos mismos lo presentarian. Con tantas
desgracias no se ablandó el endurecido corazon del tirano Mandarin,
ni queria salir de alli, hasta qe les presentassen al Sr Obispo, ô bien
le diessen tanta plata: Los christianos viendo tanta obstinacion, despues
de haber perdido todas sus cosas, á fin de poderse librar de tan duro
exactor, tuvieron qe darle mil setecientos cinquenta pesos, tocando al pobre
casero quinientos para poder librar su casa del incendio, como intentaban.
Los demas pueblos, qe hasta entonces no habian dado plata, escarmentaron,
y temerosos de que no les sucediera peor, enviaron sus comissionados para
contratarse con el Mandarin, qe ahun estaba en dicho pueblo de ting-tau, y
así poderse librar de tantas desgracias. El Mandarin condescendió,
por haber ya obtenido lo que queria, á saber, aterrar á los
pueblos, sacanles su poca plata, y ultrajar N. Sta Religion hasta hacer aborrecible
el nombre de christiano.
El Mandarin desde de dicho pueblo due en derechura al pueblo de Ke-sen para
cobrar la plata qe le habian prometido; estuvo alli nueve dias; destruyó
del todo la Iglesia y Seminario; saqueo la casa de un rico qe no quizo dar
plata; y mando que veinte christianos del pueblo apostatassen pizando la Sta
Cruz por cinco veces, por haberle aconsejado asi algunos picaros, diciendole,
qe convenia asi por tener el Sto Christo cinco llagas: vindica Domine, et
discant timere nomen sanctum tuum et //f. 233b// ne dicant gentes ubi est
Deus eorum? Desde este pueblo mandó llamar á los christianos
de otros pueblos para qe le diessen la plata prometida, y apostataaen pizando
la Sta Cruz del mismo modo qe los de Ke-sen; cedieron y estaban ya dispuestos
para qto se les mandase: algunos, ignorantes de aquel axioma, qui per alium
facit, per seipsum facit, llamaron gentiles del mismo apellido para qe en
su nombre apostatassen.
El Mandarin, estando todavia en dicho pueblo de Ke-sen, mandó que un
soldado; un cabeza de esvirros, un esvirro de partido, y un cabezilla de partido,
vulgo tey-po, fuessen al pueblo de Soe-uin, para qe los christianos del pueblo
destruyeran en su presencia la Iglesia y el Seminario. Los christianos hablaron
á los quatro dichos comissionados, y despues de haberles prometido
unos veinte pesos, pudieron obtener el quedar intactos la Iglesia y Seminario,
qe ha sido lo unico que se pudo conservar, de las siete Iglesias y dos Seminarios
que tenia la Mission en el partido de Fo-gan. Dentro los muros de la Ciudad
se habia comprado una casa para que sirviera de escuela para enseñar
la doctrina, y con el tiempo habria podido servir la Iglesia, y á este
fin ya se estaba componiendo á expensas de los mismos christianos;
pero en esta persecucion un Escriba vecino de ella la invertio en almacen
de anfion, con no mas autoridad qe la porque quiero: Dios se lo pague.
La ultima salida q hazo el Mandarin, que fue por Noviembre, fue al pueblo
de Nouc-yong. En este pueblo habia dos Iglesias por ser pueblo grande, y comprender
varios pueblos; y en ellas administraban los PPs Serrador y Calderon. Com
en un principio los gentiles de este pueblo, que son gente pessima, habian
ya destruido las dos dichas Iglesias, siendo promotor un christo Apostata
rico, y ademas ya habian robado todo qto encontraron; el Mandarin no hizo
mas qe sacar plata, qe fueron unos dos mil pesos, y despues de haber mandado
apostatar algunos christianos de cada pueblo, se volvio sin saquear, ni maltratar
casa alguna, ni manifestar el furor con qe habia procedido en los demas pueblos:
estuvo á dicho pueblo unos doce ó trece dias.
//f. 234ª// La barca qe nos conducia las provissiones de Macao, en un
principio fue sequestrada, pero gracs qe entonces nada tenia qe oliesse á
Europeo; los Capitanes Pablo y Joaquin, todos graduados, fueron presos, y
este fue condicido á la Capital, y aquel se pudo componer con plata.
los christianos que no sufrieron el saqueo, los mas no dexaron de perder sus
cosas ya por haberlas escondido en casa de gentiles, y estos haberlos pillado;
ya por haberse consumido por la humedad y estan tanto tiempo escondidas: algunos
unicamente pudieron salvar la ropa que llevaban encima. Estampas, reliquias,
rosarios, y demas cosas de Religion lo mas fue perdido, ô quemado; algunos
lo quemaron por temor de qe los gentiles lo encontrassen, y despreciassen;
otros lo quemaron por desprecio, y haberse hechado la alma atrás, y
ancho castilla. Los Padres quasi todo lo perdimos, ya por robo, ya por haberse
podrido con la humedad: Los libros los mas fueron quemados por los mismos
christianos, por temor de qe los encontrassen, y quedassen damnificados por
tenerlos en sus casas. Unos tres meses despues de haber principiado la persecucion,
quedamos son plata padeciendo mucha miseria por no hallar quien nos prestara,
ni quien se atreviera ir á Macao para pedir plata. La plata qe solamente
en este partido de Fo-gan pillaron el Mandarin, Escribas, y demas gente non
sancta, según leý en una representacion qe un Esvirro de esta
queria presentar al Virrey, y gracias al Señor qe no se verifico, pues
era pessima, y en ella teniamos nombre el Sr Vico Apostco, yo, y el P. Bernardino
Izaga, y ademas contenia los nombres de los pueblos y christianos que dieron
la plata, y los nombres de los que la recibieron, todo especificado uno por
uno; según digo, dicha representacion, la plata qe pillaron fueron
unos diez y ocho mil pesos.
Todas estas perdidas, ahunque sensibles, poco importarian, pues nudi expressi
sumus de utero matris, et nudi revertemun; Dominus dedit, Dominus abstulit;
sicut Domino placuit, ita factum est; sit nom en Domini benedictum: lo que
es doloroso, y digno de compassion, ver la perdicion de tantas almas, pues
no solamente se convirtieron a Baal aquellos chrsts qe eran perezosos, y en
nada abservaban la ley Santa del Señor; sí que tambien muchos
de aquellos que uno consensu comedebant panes in mensa Domini abierunt retronsum,
et factis surt nobis inimici. Quien dara fuentes de lagrimas á los
ojos de esta mistica Rachel //f. 234b// para llorar dia y noche la perdicion
de tantos hijos, et nollentis consolari quia non sun[...] En adelante no hay
que llamarla hermosa, sino amaram quia amritudine volde replevit eam ommipotens.
Causa horror solamente el pensar las muchas blasfemias que en todo este tiempo,
ya muchos gentiles, ya los Apostatas han proferido contra Dios y su SSmo Nombre;
Deus longanimis quia aeternus: en las casas, plazas, y caminos se oya continuamente;
no se ve milagro alguno; no hay prueba alguna de que haya Dios; esta Religion
es falsa; estos Europeos nos engañan; malditos sean ellos, y malditos
sean nuestros Abuelos qe abrasaron tal Religion, y fueron la causa de tanto
daño; prenden á estos Europeos, y abandonan tal Religion. en
este tiempo salió un pesquín, y según opinion de algunos,
los autores fueron algunos christianos malignos, que nos trataba de brutos
y perros, que no haciamos mas qe seducir al pueblo, y otras m[s] picardias,
insultando por ultimo, que horror! á Jesus y á su SSa Madre
Maria SSma diciendo, que impedian la generacion &. atendidas estas y otras
muchas blasfemias qe con el mayor descaro se han tan indignamente proferido,
bien podemos decir con el Profeta, Missericordia Dei si non sumus consumpti;
pues mayor effecta est iniquitas huj [???] populi, peccato sodomorum &.
Si en todo este tiempo no fuimos presos, unicamente ha sido por la infinita
Misericordia del Señor, qe no nos falló dignos de padecer por
su Santissimo nombre; y ademas tambien ha sido por la piedad de algunos christianos
que han permanecido constantes, y han sido diligentes en escondernos, ahunqe
con peligro de perder sus vidas.
En Fo-cheu, capital de esta Provincia, tambien huvo persecucion, y ahunqe
no fue con tanto rigor como en esta de Fo-gan, con todo, según la relacion
de vari[os] prendieron á unos quarenta christianos, é inmediatamente
fueron encarceloados, como en esta de Fo-gan. Dicen que el tirano Virrey sacó
de los pobres christianos, que á mas de ser pobres, no seran mas qe
unos mil poco mas ó menos, una contribucion de cinco mil pesos, pero
gracias al Señor qe no sufrieron el saqueo, ni destruccion de casas,
quedando intacta la casa é Iglesia del Padre. El P. Clerigo Oang, como
estba administrando en el partido de heîng-húo, distante de la
capital unos quatro dias de camino, ignorante de lo que pasaba, volvio en
la Capital pero beneficio del Señor, que luego fue avisado por un militar
christiano, y despues de haber recogido todo lo de la Iglesia, se escapo por
los montes, y sin tomar cubierta //f. 235a// por espacio de quince dias, medio
muerto llegó á Chiong-Cheu, donde fue muy bien recibido de los
christianos, y gracias al Señor que, según dicen, ya mejoró
de la enfermedad qe habia contrahido por los malos caminos. Uno de los christianos,
que prendieron en la capital, tuvo la fragilidad de declarar á dicho
Padre Oang, y la casa donde estaba, al momento los Mandarines de Meing-ken,
y a.buan-ken (dos villas comprehendidas dentro de la misma Ciudad) se tiraron
sobre la casa, lo buscaron por todas partes, pero como poco antes habia salido
no pudieron encontrarle. Unos seis ó siete meses despues, qe habia
principiado la persecucion, supimos como el militar, que aviso á dicho
Padre Oang, escribio un carta al Señor, avisandole como se intentaba
la persecucion contra N. Sta Religion; pero Dios por sus inescrutables juicios
permitió qe el christiano, á quien habia dirigido la carta,
ocultase dicha carta, é ingrato á los beneficios que antes habia
recibido de los Padre, y mayormente del Sr Vico Apostco, oculto lo indicado,
y permitió, o mejor dire, quizo qe sucedieran las desgracias sucedidas.
En el partido de Neing-fec tambien huvo la orden de prender christianos; pero
como el Mandarin era bueno, y nada contrario á N. Sta Religion, no
huvo cosa particular; unicamente los esvirros, sin tener orden alguna, fueron
en algunos pueblos, y sacaron alguna plata. por Setiembre dicho Mandarin tuvo
qe ir á la Capital á ecsamenes, y estuvo alli cerca dos meses:
el Mandarin qe entonces huvo interino fue malo, y como recibió un parte
del Mandn de esta de3 Fo-gan, en qe le decia como estaba alli escondido el
Sr obispo, hizo diligencias para averiguar donde estaba, las quales hechas
pico la espia qe estaba en el pueblo de Lam-kou: inmediatamente mando alli
al Mayordomo con algunos esvirros, y algunosgentiles, qe el mismo Mayordomo
llamó para mas seguridad: llego en dicho pueblo sin qe los christianos
tuviessen el menor aviso, y encontró al Señor con dos Padres
Indigenas, qe poco antes habian celebrado Misa; parte de los christianos,
por no poder evadir las desgracias de otro modo, apalearon al Mayordomo con
sus compañeros, y parte acompaño al Sr con los dos Padres al
monte: El Mayordomo, como se vio ultrajado, volvio á dar parte al Mandarin,
y este para vengarse juntó la tropa y esvirros, //f. 235b// é
imedistamente salio para dicho pueblo: al llegar todos los christianos se
escaparon en los montes; con qe viendo qe no podia coger al de las barbas
blancas, como le llamaban, esto es al Señor y qe todos los christianos
se habian escapado, en venganza mando el saqueo general, quemaron tres casas,
destruyeron la Iglesia, qe era la unica en todo el partido de Neing-tec, y
destruyeron parte de algunas casas. En esta ocasión due qdo el Sr padecio
los trabajos qe he indicado arriba. Quando volvio el propio Mandn se apaciguo
todo, según relacion de una carta del Sr, en la qe dice assi; ,,En
este territo de Neîng-tec nadie habla ya de nuestro negocio, y dan el
pleito para evacuarlo: el Mandn es bueno, y reprobo la venida de su substituto
á buscarme entre las montañas; depuso al Mayordomo; y dos malos
esvirros qe lo engañaron; y le nego quinientos pesos qe á su
despedida para Fo-cheu le habia ofrecido; esto y cerca cien pesos qe gasto
en la expedicion contra el viejo de las barbas blancas, y mas de veinte qe
en su prima venida gasto el Mayordomo, quitaron las ganas de hacer tentatibas
los escribas malignos: con qe, concluye, no hay motivos de nuevos temores.
En Chiong-cheu tuvieron la misma orden de prender christs, pero como el Corregidor
fue bueno, tanto este, como los los Mandarines de su distrito declararon qe
no habia tal Religion, y asi los christs no tuvieron la menor novedad, grs
al Señor. En los territorios de heing.huo [???], Fo-neing, Lo-ngun,
y Loeng-kong, todos contenidos en esta misma Prova, y á donde no hay
christianos, no huvo novedad. En las demas Provincias de este Imperio creo
no habra habido persecucion, pues nada hemos oido, y ademas recibi carta del
P. Jose lau que está administrando en la Provincia de Kong-soe, ó
Kiang-sy, en la qe dice como gozan de paz, y qe en unos dos ó tres
pueblos habia unos ciento y ochenta gentiles qe estaban aprendiendo la doctrina
para bautizarse.
Hablando de la causa ú origen de la ultima presecucion, ahun no se
sabe de cierto, ni convienen los christianos en le modo de explicarse; unos
dicen qe
provino de un Ministro de la corte del Apellido Le, qe hizo una representacion
al Emperador, en la qe le manifestaba como la multitud de Sectas qe hay en
el Imperio perturbaban la paz, y entre ellas incluia la Madre de la verdad
N. Sta Religion; pero parece no sera cierto en atencion de qe en las demas
Provs no ha havido novedad: otros dicen qe un gentil de esta fue á
informar al Vierrey; pero como no dice quien fue, creo no es mas qe sospecha:
algunos dicen qe solo fue por los temores de qe los estrangeros. quieren apoderarse
del Imperio, en atencion de qe los Ingleses ags veces han venido en los puertos
de esta Prova de Fo-kien; pero quien dexara de conocer qe esto es pura sospecha,
qdo es cierto qe lo unico qe intentan es hacer su comercio? Lo qe á
mi parecer es mas cierto, ó á lo menos muy probable, es qe el
origen de esta persecucion fue el mismo qe el de la primera, con la sola diferencia
qe en esta ultima se completo la ira del Señor, y hemos sufrido parte
de la pena qe merecian nuestros pecados, é ingratitudines en abusar
de las muchas gracias, dones, y beneficios qe la mano benignissima del Señor
derramaba con tanta abundancia en esta Mission.
//f. 236a// Supuesto que la primaria y principal causa fueron nuestros pecados,
me parece qe los christs no tuvieron parte alguna de la causa segunda, sino
qe unicamente provino de etiquetas tenidas entre gentiles, y en territorio
donde no hay christiano alguno. En effecto, en uno de los montes del territorio
de Kuin-an-ken, qe está rayano á esta de Fo-gan en la parte
del noroeste, es donde hay muchos hornos de hierro, á donde trabajan
gente de varias partes, unos con permisso del gobierno, y otros privadamente.
Nuestro amigo el Lien-tec-chun, cuyo oficio era observar la buena ventura,
y otras artes diabolicas qe ya está pagando en compañía
de su Maestro Lucifer, tuvo no se qe contiendas con los oficiales de dichos
hornos, y como salio de ellas con la capa arrastrando, despues de haber tenido
qe pagar no se qe cantidad de dinero, y sufrido azotes en el tribunal de dicho
Küin-an-ken, tuvo el ardid diabolico de vengarse acusando tan vilmente
al innocente como he dicho arriba, y lo qe es mas de admirar tuvo la habilidad
de qe dicha acusacion llegasse en manos del mismo Emperador. Esta es la causa
cierta de la primera persecucion.
Ahunqe el Virrey de nuevo cuño aprobó lo dispuesto por nuestro
abogado el Mandn, y contexto al Emperador como en esta de Fo-kien no habia
tal Religion, ni tal gente; con todo como habia poco qe habia llegado y ascendido
á la alta dignidad de Virrey, como los humores fogosos, y propios de
novato, quizo hacer otras averiguaciones, y asi encargo á uno de los
Manarinetes de la Vigilia, que está en la bocana del rio grande de
esta de Fo-gan, qe ocultamente averiguasse si en esta havbia christs, europeos
&. como en esta todo chico y mico sabe qe hay Iglesias, Padres &;
este muñeco de Mandarinete cumplio tan perfectamente su encargo, qe
le informo mas de qe le pedia, pues le contexto qe no solamente en esta de
Fo-gan habia christs, si qe tambien en el partido de Neing-tec. Informado
ya el Virrey, mandó su parte al Mandn de esta, en qe, seugun pudo averiguar
el dicho militar christiano qe ocultamente lo abrió, le decia si; me
consta de cierto qe en essa hay christianos &. y qe tu antecesor no supo
averiguar, ni dsiponer; con qe mando rigurosamente qe al recibo de esta inmediatamente
extermines tal Religion. El Mandarin, como quadraba en las ideas del tirano
Virrey, lo ejecutó ad pedem littera como ya tengo dicho. Esta es, según
parecer de muchos, la causa de esta segunda persecucion; y asi indico un gran
Mandn de armas, qe es hijo de esta, y cuya Madre y hermana son christianos,
en una carta qe escribio á los christianos de esta, y yo leí
por dos ó tres veces.
De los christianos de esta de Fo-gan, que fueron conducidos en la Capital,
nue murieron por haber entrado en la carcel un anamita apestado, y haber cundido
el contagio: tres de ellos fueron felices por haber permanecido constantes
en confessr á Jesu-Christo hasta entregar sus almas al Criador. A ultimos
de Setiembre del 37. libertaron á quatro christianos de esta, y ocho
del mismo Fo-cheu, despues de haber apostatado con muchs instancias de los
Jueces, y demas Magnates, qe ocultamente asi les //f. 236b// aconsejaron diciendoles;
si querys ser christianos, sedlo en vuestro interior, y esto basta; no seais
contumaces, sino dociles á todo quanto se hos aconsejare por vuestro
bien; no dañeys á los demas ni á vosotros mismos; mirad
qe nosotros hos deseamos todo bien; escuchad lo qe se hos diga y enca[r]ga
responder, y asi evitarys damnificar vuestras familias. Conjeturamos qe `los
juecesusaron de estas y otras diabolicas exortaciones, y libertaron á
quantos para ver si el Virrey aplacaria su duror, y ademas poder safarse qto
antes de un negocio tan arduo, y de las resultas no muy favorables qe suelen
acontecer á los manipulantes. el Virrey persistio en su dureza, y ahunqe
poco despues aplaco un tanto su furor por haber tenido u[na] larga y grave
enfermedad, en la qe por dos veces lo dieron por muerto; con todo los pob[res]
christianos continuaron, y ahun continuan en la carcel, teniendo qe sufrir
la vejaciones de los crueles carceleros, y lo peor de todo sin provecho de
sus almas, porqe según relacion de algunos, qe fueron á visitarlos,
exceptuando dos ó tres de esta, y quatro [o] cinco de Fo-cheu, todos
los demas cedieron á tantas diabolicas adulaciones, y apostataron por
dos ó tres veces qe fueron conducidos al tribunal. Roguemos á
Dios para qe los ilumine, y fortifique con su gracia para qe puedan recuperar
delante los mismos Juec[es] el daño de sus almas.
Ahunqe no haya finido nuestra causa, con todo esperamos qe dentro uno, dos
ó tres meses se concluira; porqe en estos dias se recibio carta de
uno de los christianos presos, en la qe dice como esperan volver qto antes:
ademas dias pasados el Sr Vico Apostco recibio carta del mencionado militar
en la qe dice asi; siendo de parecer el Virrey qe [de]bia informar al Emperador
de todas las resultas de los actuado en la causa de los christianos, el gobernador
fue de parecer contrario, y le envio al Juez de crimen, y otros dos magnates
á fin de qe le aconsejaren qe desistiera porqe, les dijo; el año
pasado (36.) en la causa del Sam-put-pa se dio el parte de qe en Fo-xien no
habia gente estraña; el anterior Virrey un año an[tes] dio el
mismo parte; con qe si su Exca dice ahora qe si, se halla, y nos hallamos
todos en juicio contradictorio: hecha esta relacion, dice, el Virrey abajó
la cabeza, y dixo amen. Con qe si esto es verdad parece qe no hay que temer;
con todo como son grandes los ardides del Diablo, que según parece
quiere por medio de sus ministros pillar lo qe antes era suyo, y ademas la
soberbia del enemigo ascendit semper; no dexamos de rogar al Señor
para qe, olvidando[se] de nuestras ingratitudes, nos mire con compassion,
y no desenpare á este su pequeño rebaño, y haga que quededa
justificada la Santidad de su Sta Religion: ademas esperamos de V. P. N. R.
y demas Padres no nos alvidaseys en el Sto Sacrificio de la Missa y demas
oraciones.
Dios gde ms as á V. P. como lo desea este su menr subdto que humilde
y rendidamte B. S. M.
Fr. Thomas Badia
Fogan dia 24. Febrero de 1838.