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Autor: OJEA
y PORRAS, Gumersindo |
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Localización
y transcripción: David Martínez Robles |
Numero 39
CONSULADO DE ESPAÑA EN SHANG-HAY
Al Escmo Señor Primer Secretario de Estado y del Despacho
El Consul de S. M. C. participa un conflicto qe tuvo lugar entre los Agentes
del Consulado y una partida de Piratas Españoles.
...............
Setiembre de 1859.
Escmo. Sor.
Muy Sr. mio: pocos dias despues de mi ingreso en este Consulado, he llegado
à reconocer, que uno de los medios mas indispensables para su cumplido
desempeño, era contar con algunos Agentes de Policia. Shag Hay, lleno
de atractivos para los vagabundos de todas las Naciones, por la completa licencia
con que hasta hace muy poco, les ha brindado, Shang Hay, en donde no hubo
jamas Autoridad Española hasta el presente, lo encontré lleno
de gente perdida y malhechora, naturales de Filipinas y aun de la peninsula,
desertores en su mayor parte de nuestra marina de Guerra y mercante, que unas
veces pirateando y otras merodeando por estos campos, consternaban la poblacion
China á todas horas, comprometiendo malamente el nombre Español.
A mi llegada la prensa por un lado, y las Autoridades Chinas por otro, ademas
de mi deber me han excitado á proceder con energia contra tanto criminal.
Espuse sin demora esta gran necesidad, al Escmo. Sr. Capitan General de Filipinas,
y despues de un año de espediente, tuvo á bien informar al Ministerio
de la Guerra sobre la necesidad de crear un reducido cuerpo de Policia (seis
hombres) con destino al Consulado de Shang Hay. Probablemente allí
dará fondo este asunto por todos los siglos de los siglos.
Mientras tanto las fechorias de los Vagos Españoles, no se daban punto
de reposo; é yo no pudiendo ver con indiferencia esta situacion á
pesar de la penuria que me rodeaba por la detencion de todos mism haberes
en las Cajas de Filipinas, detencion que aun á la fecha continua, he
provisto y pagado de mi crédito, por que el peculio estaba exausto,
los cargos de Canciller y Ugier (Marshal) de este Consulado, en Dn Aquilino
Pombo natural de la Coruña, y Dn Rafael Requena de Malaga, personos
buenos antecedentes me han inspirado confianza, á la cual han correspondido
hasta con esceso de mis esperanzas. Hace un año prócsimamente
que estos dos Agentes jovenes decididos y leales, prestan el diario servicio
de persecucion de malhechores y demas necesidades de la Administracion de
Justicia, servicio el primero tan espuesto y azaroso como V. E. comprenderá
al manifestarle que los bandidos con quienes tienen que haberselas, raras
veces se entregan á la intimacion de la Autoridad, y solo se capturan
despues de vendidos á viva fuerza. El 29 de Mayo ultº, uno de
los muchos encuentros que han tenido con gabillas de criminales, sostuvieron
Pombo y Requena una valerosa lucha contra siete, de los cuales, con el ausilio
de otros dos Españoles que envié en su socorro, han puesto á
mi disposicion á la mañana siguiente seis individuos. En este
encuentro ha sido herido Dn Rafael Requena, habiendo recibido contusiones
que han quebrantado su salud, dejandole afectado su pecho. Los criminales
han sido penados con todo rigor de la ley.
Requena sin embargo ha continuado en tan penoso servicio, portandose siempre
con notable valor; pero la ocasión en que asi él como Pombo,
han llevado á cabo un importantisimo cuanto arriesgado servicio, señalando
mas que nunca su abnegacion y bizarria, servicio obtenido á costa de
sangre, hecho por el que se hicieron muy dignos á mi parecer, de la
atencion de V. E. y aun de la de S. M., ha ocurrido en 29 de Agosto ultº
á las nueve de su mañana. Con el obgeto de proceder á
la busca y arresto de tres individuos que habian verificado su desercion recientemente,
he dispuesto que Pombo y Requena con seis hombres mas que pude reunir, marchases
al pueblo de Woosung, distante tres leguas de Shang Hay. Llegados á
él se dirigieron á casa de un tal Claudio conocido aquí
por encubridor de malhechores y por Capitan de piratas hace mas de doce años;
y en ella se apoderaron del dueño y de uno de los desertores que buscaban.
Preguntando al primero por los dos restantes, les dijo que debian de estar
en otra casa que tenian algo distante sobre la costa. Intimado á que
guiase hacia dicha casa, lo hizo asi, y hallandose en la calle, al avistar
algunos de sus camaradas, y en el momento en que Requena queria asegurarlo
con uns esposas, se arroja Claudio con temerario valor, y alfange en mano
(lo llevava oculto entre los vestidos) sobre Requena, y á los gritos
del primero, aparece una gabilla de bandidos que cierran sobre mi gente. Una
encarnizada lucha tiene lugar cuerpo á cuerpo, lucha desigual por parte
de mis Agentes. Requena descargó su carabina contra Claudio, cuando
ya habia recibido una estocada en la parte anterior del muslo derecho, y tomando
por el estremo del cañon, acomete con el mayor denuedo á la
turba de enemigos que lo rodeaba, Pombo siguendo el egemplo de Requena, descarga
su revolver sobre los piratas. Claudio cae mortalmente herido á los
golpes de Requena y de Pombo, y otros varios son puestos fuera de combate
por mis Agentes; pero los piratas se reforzaban á cada momento, llegando
á presentarse á la vista como unos cuarenta hombres, notado
lo cual por mis Agentes, trataron de ganar el bote en que habian venido y
retirarse. Requena sostubo la retirada, peleando hasta en el Agua, mientras
los demas se embarcaban, y sin embargo de hallarse gravemente herido en el
muslo, de un lanzado sobre la cadera izquierda y de tres balas de revolver
en la cabeza. Por fin lograron ponerse en franquia, y asi Requena como otro
de los individuos de los que les acompañaban, Juan de la Cruz Barras,
con un muslo traspasado de un balazo, pidieron ser socorridos con algun remedio
para sus heridas, al Almirante Hope, que abordo del Chesapeke, se hallaba
fondeado en las cercanias de Woosung. El Almirante Hope, noticioso de que
los heridos eran Agentes del Consulado de España, los ha recibido con
mucha bondad, é inmediatamente hizo que fuesen atendidos por el Doctor,
y cuidados con el mayor esmero. Enseguida Pombo vino á darme parte
de todo lo ocurrido y á primera hora del dia siguiente, he enviado
por los heridos, encargandole la entrega de una manifestacion escrita, dando
gracias al Almirante por su fino comportamiento. Los heridos llegarón
y hán sido trasladados en sillas de mano al Hospital, sin grave riesgo
de la vida.
Sensible como ha sido este suceso, produjo sin embargo muy buenos resultados.
El Gefe de los piratas Españoles por tantos años, pagó
con la vida su osadia en atacar á mis Agentes; varios de los mas terribles
quedaron inutilizados, y por ultº, los restantes malhechores se dispersaron,
huyendo de la persecucion que les agusrdaba. De suerte que el pueblo de Woosung,
terrible guarida de criminales, quedó limpio probablemente para siempre
de seres indignos de apellidos Españoles.
Por todo lo relacionado, no puedo menos, Escmo Sr. de recomendar a V. E. la
benemerita conducta de Dn Aquilino Pombo y Dn Rafael Requena, digna del mayor
encomio por mi parte, quienes tambien guardaron nuestro Pabellon bajo mis
ordenes en las dificiles circunstancias que hemos atravesado en Agosto de
este año; y suplico á V. E. se sirva inclinar el animo de S.
M. nuestra bondadosa Soberana á que tenga la dignacion de dar á
los referidos Dn Rafael Requena y Dn Aquilino Pombo, una muestra de su Real
Magnificencia, como la Cruz de Isabel 2ª, pensionada por su calidad de
jóvenes de poca fortuna, aunque hijos de padres honrados ó la
que V. E. considere mas análogo á sus circunstancias y servicios.
Lo que tengo la honra de esponer á V. E. para su conocimiento y efectos
que considere oportuno.
Dios gue. á V. E. m. a.
Shang Hay Setiembre 4 de 1859.
Escmo. Señor.
B. L. m. de V. E.
su muy atento y seguro servidor
Gumersindo Ogea y Porras
Esmo. Sr. Primer Secretario de Estado y del Despacho.
………….
Informe
Escmo Señor
La creacion de una fuerza de seis hombres de Policia, con destino al Consulado en Shang-hay, para el objeto que se indica en este Despacho, ha sido ya objeto de una eficaz recomendación por parte de este Ministerio á la Direccion de Ultramar, según dispuso V. E. en espediente