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Autor: DASMARIÑAS,
Gómez Pérez |
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Localización y transcripción:
Manel Ollé Rodríguez |
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Carta del Gobernador de
Filipinas Gómez Pérez Dasmariñas á S.M. Dice que los portugueses se quedaron
con una nao que envió á Macán por municiones
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Señor
Ya tengo escrito á V.M. como, por no haber cuando aquí vine en los almacenes
de V.M. una libra de pólvora ni salitre ni cobre ni otras municiones, las cuales
solían traer los chinos y ya no los traen porque les ponen en sus tierras pena
de muerte si las sacan de ella, y por no haber artillería, envié á Macán una
nave por estas y otras cosas necesarias para este campo, con el traslado autorizado
de la orden y licencia que para ello tengo de V.M. Y una real Cédula original
del trato y buena correspondencia que V.M. manda que tenga esta plaza con aquella
y la India y que nos ayudemos y favorezcamos uno al otro y otras cartas mías
para el Capitán Mor de allí y la comunidad y -roto- de Macán muy gratas. Y asimismo
he escrito á V.M. como de Macán habían embargado la nave, gente y el dinero
de las municiones de este campo de V.M. Y el que habían envíado algunos vecinos
de esta ciudad debajo del seguro y orden de V.M. con que de aquí salió la nave
y se entendía la querían enviar ó habían enviado á la India oriental y tratado
muy mal á los españoles como si fueran enemigos, porque aquello es subordinado
á la India, paréceles que son de diferente Rey y señor que los de aquí. Estando
pues en este estado, sin que de la nao se entendiera ni tuviera más nueva, sucedió
que aportaron aquí unos mercaderes portugueses que habían ido desde Macán con
don Juan de Gama á México y traían de lo procedido de aquel viaje mucha plata,
aunque con orden y aprobación de la audiencia de México y, viendo que desde
el principio aquel viaje fue descaminado y que lo más de esta plata era de personas
de Macan, que se habían alzado allá con la de las municiones y de vecinos de
esta ciudad, acordé á mi instancia y requisición de ellos embargar aquí este
dinero hasta quede allá me desembarazacen y enviasen la nave, municiones y dinero
de esta república; y salió bien, porque luego que se tuvo allá este aviso enviaron
aquí la nave que estaba ya apunto para despacharla á la India con toda la gente
y dinero, la cual llegó á este puerto en salvamento á principio de marzo pasado,
y trajo las municiones de V.M. á tiempo que había harta falta de ellas, lo que
acerca de esto se me ofrece es lo que ya tengo escrito á V.M. que es tal desórdenes
no proceden sino de ser el que está en Macan capitán de viaje, y como allí va
por gratificación de servicios para ser aprovechado de algo, procura en aquel
breve tiempo hacer su negocio lo mas presto que pudiere, atendiendo solo á su
interés y ganancia y no á lo que conviene al buen gobierno y entereza de justicia.
El que está allí no tiene la fuerza necesaria por estar impedida de cuatro ó
seis hombres poderosos que como tienen más hacienda, gente y criados se salen
con cuanto quieren teniendo mano en todo sin que esté en la del capitán Mor
poderlo remediar así por tener el remedio tan lejos como porque mañana viene
otro que lo deshace todo y por esto digo que convendría que el capitán de allí
viniera por tres ó seis años para que tuviese la tierra quieta y castigase los
que lo merecen.
Cuanto al trato y prohibiciones que V.M. tiene puestas de que castellanos no
vayan á tratar á Macan ni por la vía de la India y que tampoco los de aquella
carrera no se derroten ni entren en ésta ni vengan á Manila ni vayan á México
ni al Perú digo que de esto no hay que innovar cuanto esta república porque
sin ir á Macan por mercaderías ella tiene las que ha menester que vengan por
mano de portugueses y que si V.M. abriese puerta aquí desde Macan ú otro puerto
de China puedan ir mercancías derechamente á México las mercaderías caras si
allá concurriesen con las de portugueses no podrían haber salida de ellas y
se perderían absolutamente el trato de aquí con que vive este reino y plaza
que tanto importa al servicio de Dios y de V.M. que se sustente y crezca por
las grandes esperanzas de la vecindad y frontera de los poderosos reinos de
la China, de cuya conquista por no tener hasta ahora orden ni motivo de V.M.
para tratar de esto diré eso solamente: que su grandeza es mucha y su riqueza
inestimable, así lo que es renta como lo que de ella hay amontonado y atesorado
demás que en temples, frutos y riquezas de la tierra refiere que es de las abundantes,
fértiles y populosas y regaladas que tiene el mundo y la gente bien se sabe
que es flaca y mal armada y menos diestra en cosas de guerra.
N.S. guarde á V.M. por muy largos años como la cristiandad lo ha menester. En
Manila 31 de mayo 1592.
Gómez Pérez Dasmariñas. -rúbrica-.